Sanidad
Salamanca consolida su Registro Poblacional del Cáncer
La provincia es la única de Castilla y León que consigue reunir los requisitos internacionales para formar parte de la REDECAN y de la ENCR
Entre 2011 y 2016 Salamanca registró un total de 13.502 tumores notificados, una media de 2.250 al año, de los cuales el 59,2 por ciento eran de hombres y, el 40,8 por ciento restante, de mujeres. De todos ellos, 6.332 fallecieron, siendo la mayoría varones, con un 61,2 por ciento, y los cánceres más mortales fueron los de pulmón para ellos, y colon y recto para ellas. Estos son algunos de los datos que reflejan el impacto del cáncer en la sociedad salmantina y que recoge el recién publicado Registro Poblacional del Cáncer.
Salamanca se convirtió así, con la publicación de este informe epidemiológico, en la única provincia de Castilla y León en llevar a cabo este registro cumpliendo los criterios nacionales e internacionales para poder formar parte de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y de la Red Europea de Registros de Cáncer (ENCR). Gracias a estos requisitos, los datos de la provincia podrán ser utilizados para hacer ciencia a nivel internacional y la provincia ha entrado a formar parte de los 15 de toda España que han llegado a tener este nivel de exhaustividad.
El Registro Poblacional del Cáncer de Castilla y León (RPCCYL) fue creado, según el informe al que tuvo acceso Ical, en 2005 por la Consejería de Sanidad, comenzando en las provincias de León, Soria y Valladolid, e implantándose progresivamente hasta 2010 en el resto de la Comunidad. Este órgano, fruto de la colaboración de todos los centros sanitarios públicos o privados y cualquier profesional o institución con información sobre los casos de cáncer, recoge todos los nuevos casos diagnosticados de esta patología excepto los basocelulares de piel de las personas residentes en Castilla y León. En definitiva, una estructura colaborativa entre todos los agentes que puedan enriquecerlo.
El técnico del Servicio Territorial de Sanidad en la Delegación Territorial de la Junta en Salamanca y encargado de recoger todos los datos en este informe, Enrique Cabrera, explica que el procedimiento consiste en una tarea “muy ardua y lenta”. Pero, gracias a agrupar esta información, “solo de forma exhaustiva y completa puedes utilizarlo para hacer ciencia”. Y debido a esta labor cuidadosa por parte de la provincia, consiguieron superar los filtros de calidad y exhaustividad para consolidar el registro. Ahora, estas cifras han pasado a formar parte de la REDECAN, que es el organismo encargado de llevar los datos a la ENCR, y que sirvan para los estudios epidemiológicos de todo el mundo.
Uso de los datos
Entre los criterios necesarios para poder consolidar estos registros se encuentra el de calidad, en el sentido de exhaustividad. Cabrera explica a Ical que es fundamental conocer la fuente, que sea anatomía patológica, mediante el estudio clínico, para saber de dónde provienen esos tumores. En el caso de Salamanca, el 87 por ciento de los registros son por anatomía patológica, y tan solo existen nueve casos, un 0,6 por ciento, en el INE donde no puedan encontrar más detalles sobre una muerte certificada de cáncer.
Pero para que el estudio esté completo hace falta tiempo. Uno de los principales factores a incorporar es la moralidad, para lo que se tienen que esperar cinco años como mínimo, ya que a partir de entonces es cuando se entiende que hay supervivencia y pueden estudiarse ambas variantes. “Los registros del cáncer oficiales van lento, no son noticia”, argumenta Cabrera para justificar por qué se han publicado este año los datos de 2016. En estos momentos, se encuentran terminando de recopilar los datos de 2019 y van a comenzar el 2020. Además, avanza que hasta 2022 los datos “van a quedar muy raros” debido a la pandemia.
“Lo bueno y lo malo de esto es que no hay nada sorprendente”, continúa el técnico, al compararlo con otros datos europeos. Por ello no le da importancia a profundizar en los números, sino que asegura que lo principal es que Salamanca haya conseguido consolidarlos. “Esa es la principal noticia”, asegura. Con ello, insiste que la relevancia de estos datos es el poder trabajar con ellos en distintas áreas. Por ejemplo, para conocer por qué se hacen cribados del cáncer del colon y no del de pulmón, ya que es uno de los que más influencia de mortalidad tiene en la población y prevenirlo es “una inversión que renta en salud” en una patología que supone una de las más importantes a nivel global, debido a la morbidad y a la carga de enfermedad que origina.
Además, el hecho de filtrar el cáncer por epidemiología sirve para saber cuál está subiendo y cuál bajando, para investigar sobre ellos o para dar pautas en la promoción de la salud pública. “Toda investigación requiere nutrirse del estudio epidemiológico”, afirma convencido el médico dando valor a estos datos que “se utilizan para hacer planes, se ofrecen y son públicos”.
Cabrera añade también que, a nivel europeo, se está promoviendo llevar a cabo un cribado del cáncer de pulmón, estómago y próstata debido a que son los que más mortalidad están generando y sobre los que se podría trabajar para prevenir. Asimismo, la sociedad española tiene como lema que haya un porcentaje del 70 por ciento de supervivencia.
Según relata Cabrera, la “intercolaboración entre un montón de profesionales” ha sido el punto clave para que la provincia de Salamanca haya conseguido consolidar su Registro Poblacional del Cáncer. Además de la coordinación entre el Servicio Territorial de Sanidad y la Gerencia de Salud del Área de Salamanca, el técnico presume también del trabajo realizado de manera conjunta con el RPCCYL desde Valladolid. Así, define esta labor como una colaboración en la que todos “pongan su grano de arena” y que la provincia ha conseguido gracias a una “cadena de casualidades y apoyo”.
Por otro lado, el técnico lanza la pregunta de por qué en Salamanca se ha logrado y en otra provincia no. Además de este trabajo en equipo, resalta que la provincia es líder en investigación y asistencia, en gran parte debido a los profesionales que trabajan en Complejo Hospitalario, en el Ibsal o en el Centro de Investigación del Cáncer. Cabrera sitúa a Salamanca como el “número uno” de la investigación: “Todas las semanas hay noticias, estamos a muy alto nivel”, señala, además de alardear de los investigadores con los que cuentan estos centros. “A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos aquí”, sentencia.
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