Cataluña
Coronavirus: Un misterioso hombre aterroriza a sus vecinos disfrazado en la calle de médico de la peste
La broma macabra sucedió en la localidad inglesa de Norwich y la policía busca a este individuo para interrogarle
Hay gente cuyo sentido del humor es tan macabro como desagradable. En la localidad inglesa de Norwich, a pesar del estado de confinamiento que vive el país, con más de 26.000 muertes por coronavirus, ha aparecido durante los últimos días un individuo paseándose por las calles con el típico traje de médico de la peste. El hombre, todavía sin determinar, camina con una toga negra que le cubre por completo el cuerpo, un sombrero alto también negro y la terorífica careta, que le cubre toda la cara, con un largo pico curvado similar al de un pelícano ganchudo. La imagen de por sí es terrorífica, pero más en todo este contexto, sobre todo con la pregunta, ¿qué llevaría a alguien a disfrazarse así?
La policía ya ha sido alertada por los numeros testigos que le han visto desde sus casas paseándose por la localidad con este disfraz que en el siglo XVII se hizo muy popular primero en Francia, luego en Italia y después en todo el mundo tras los grandes brotes de peste bubónica de la época. La imagen ya ha hecho estragos en facebook y las redes sociales y ha convertido al personaje en una especie de hombre del saco que todo el mundo quiere ver, pero a un tiempo teme ver. “Es de locos, hacía casi 30 grados y llevaba todo eso puesto. Está claro que quien sea está desesperado por un poco de atención”, aseguró Jade Gosbell, la joven de 21 años que destapó el misterio fotografiando al individuo.
En el siglo XVII, en plena epidemia de la peste, la medicina determinó una especie de uniforme para poder tratar a los enfermos con una sensación de protección. El atuendo consistía en un abrigo revestido de ceras aromáticas, unos calzones largos que debían bajar hasta la planta de las botas, una camisa holgada embutida dentro del pantalón, un sombrero y guantes de piel de cabra. Dentro del conjunto protector, los médicos también llevaban una vara larga para poder tocar a las víctimas y manipularlas sin necesidad de acercarse o tocarlas con las manos. Y, por supuesto, una mascarilla protectora, en este caso una máscara que parecía salida del mismísimo carnaval de Venecia. Este complemento consistía en una larga nariz picuda de al menos 15 centímetros que tenía que estar embadurnada de hierbas aromáticas. “Tiene que estar llena de perfume, con dos agujeros simulando las fosas nasales, suficientes para respirar y transportar en el aire que se respira la impresión de las hierbas colocadas en la punta del pico”; aseguraba Charles de Lorme, médico de la corte del rey Luis XIII que había establecido esta especie de uniforme preventivo.
El atuendo pronto empezó a despertar terror y miedo, no sólo por el aspecto siniestro que proyectaban los médicos, sino porque verlos significaba que la peste estaba cerca. Famosa es la recreación de esta imagen en la película “Amadeus” y como persigue a Mozart en forma de delirio. Su popularidad hizo que este “médico de la peste” se convirtiera en uno de los personajes más populares de la commedia dell’arte.
Su regreso macabro en plena pandemia de coronavirus es una demostración de que el miedo se ha instalado en la sociedad y que algunos han decidido aprovecharse.
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