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El grito de auxilio de unas Ramblas sin turismo y sin barceloneses

El popular paseo de la capital catalana pide colaboración ciudadana tras ver cómo cierran el 40% de sus comercios

Toque de queda y estado de alarma en Barcelona
Toque de queda y estado de alarma en BarcelonaEnric FontcubertaEFE

El éxito turístico de Barcelona después de los Juegos Olímpicos está fuera de toda duda. No en vano, la ciudad se ha convertido en la tercera ciudad más visitada de Europa, por encima de Roma, y superada solo por Londres y París. Sucede, sin embargo, que estas ciudades quintuplican en población a la capital catalana, por lo que no es de extrañar que el casco antiguo de Barcelona se haya dedicado en los últimos años, y casi en exclusiva, al monocultivo turístico, expulsando a vecinos y visitantes locales. La pandemia se ha llevado por delante el discutible modelo económico y los barrios del centro, el Born, el Raval o el Gótico, parecen poco más que un museo al aire libre semiabandonado. En este contexto, el Ayuntamiento, de la mano de la asociación Amics de la Rambla, ha puesto en marcha una campaña para tratar de seducir a los barceloneses y que recuperen aquellos espacios que una vez fueron suyos.

Las cifras del impacto del coronavirus sobre el turismo de Barcelona, en cualquier caso, asustan. Según los datos del Gremio de Hoteleros y Turismo de Barcelona las reservas durante el pasado verano se situaron sobre el 30% de su capacidad total. Lo que se traduce en que Cataluña ha sido, de largo, la comunidad autónoma más afectada en su sector turístico, con una previsión de pérdidas, según el INE, de 10.881 millones de euros, de los que casi la mitad, 4.500 millones, corresponden a la Ciudad Condal. Según el índice de precios hoteleros elaborado por el turoperador alemán Dertour, Barcelona es el sexto destino más afectado del ranking de ciudades con mayores descensos de precio. Todo sumado hacen que Barcelona nunca haya experimentado una caída semejante en su sector turístico.

Por poner un ejemplo del impacto en el casco antiguo: en el barrio Gótico, concretamente, según datos del Ayuntamiento, en el caso de que todas las plazas hoteleras estuviesen llenas, hay casi siete turistas por cada diez vecinos. Y eso sin contar la oferta alegal o ilegal, por lo que esta proporción, en momentos de máxima demanda, sería incluso superior en favor del turista.

El Ayuntamiento, por ello, ha puesto en marcha la campaña, casi un ruego, «Baja a la Rambla», con el objetivo de que los barceloneses vuelvan a hacer suyo el paseo. La duda que subyace, sin embargo, entre los vecinos de la ciudad es bastante evidente: ¿y cuándo vuelvan los turistas? Resulta inevitable pensar que administraciones e instituciones turísticas solo se acuerdan de los barceloneses cuando lo necesitan. Más allá de la campaña y de una eventual reforma de las Ramblas para peatonizarla del todo, no existe un plan para que Ciutat Vella sea considerada algo más que un parque de atracciones para los turistas.

En cualquier caso, el teniente de alcalde del Ayuntamiento, Jaume Collboni, animó a «recuperar el concepto de ramblear», es decir, a «hacerse suya» las ramblas, ahora que aproximadamente el 40% de los comercios de la zona están cerrados. Collboni reivindicó que «ahora es el momento de bajar a La Rambla» después de unos años en los que se ha comprobado que «el exceso de turismo o la ausencia de barceloneses ha tenido efectos en el tejido económico y social» de la zona.

La campaña «Baja a la Rambla» se alargará durante cuatro semanas, del 10 al 23 de diciembre y del 7 al 21 de enero, y se han organizado más de 50 actividades para atraer al público local. Entre las propuestas, habrá talleres de artes florales, clases de dibujo, lecturas de poesía, demostraciones y degustaciones gastronómicas y conciertos. Más allá del paseo, las actividades se organizarán en locales y establecimientos de los alrededores, como la plaza Real, el Mercado de la Boquería, el Jamboree o el Centro Deportivo Municipal Colón. También se pondrán en marcha dos rutas guiadas y se ofrecerán vales de descuento.

La reforma pendiente

El popular paseo está a medio camino entre la aprobación del Plan de Reforma en 2016 y el inicio de los trabajos en 2021. No obstante la reforma está pendiente de la revisión de los presupuestos municipales. La inversión de 400.000 euros prevista para este ejercicio no se ha llevado a cabo por culpa del coronavirus. Las obras, en todo caso, ampliarán la anchura de la rambla hasta en 1,5 metros en algunos de sus tramos y cerrarán esta arteria al paso del vehículo privado.. El equipo de arquitectos km-ZERO, diseñó el proyecto ganador del concurso municipal en 2018. Este diciembre podría presentarse el proyecto ejecutivo.

Proyecto de reforma de las ramblas
Proyecto de reforma de las ramblasLa Razón

Hace, por lo tanto, cuatro años que el plan se aprobó. De hecho, la asociación Amics de la Rambla ha colocado un contador en el paseo por la falta de concreción del mismo. El proyecto ganador, sin embargo, no ha sido aprobado y deberá aún pasar por un periodo de alegaciones hasta que sea una realidad.