Historias de Navidad

¿Abuelo? Soy yo, Martín, ¿dónde estabas, que te he llamado antes y no lo cogiste? Ah, de paseo por el jardín, haces bien, no vas a estar todo el día encerrado... Mira, abuelo, lo que quería decirte, y por eso te llamo, es que vas a venir a casa esta Navidad, te iremos a buscar el día de Nochebuena. ¿Que no os dejan salir de la residencia? No es verdad, si hasta lo han dicho en la tele, que podríais para pasar las fiestas con la familia. O sea, que no hagas caso. Y además escúchame bien porque tengo que decirte algo muy importante. ¿Me oyes, abuelo? Te lo explico: vienes, estás aquí tres o cuatro días con nosotros y luego tú y yo nos vamos al pueblo. Sí, los dos solos, por eso es un secreto y no tienes que decirle nada a nadie. ¿Qué te parece? ¡Con lo que a ti te gusta estar allí! Y además, que este verano ya no fuiste, por la pandemia, y seguro que tienes muchas ganas, ¿a que sí? ¿Que cómo vamos a ir? Pues como antes, cuando vivía la abuela, en tren, y luego en el autobús. ¿Los billetes? Tú de eso no te preocupes, o los saco por internet con la tarjeta de mi madre, que no se va a enterar, o si no en la estación con el dinero que ya tengo ahorrado. El primer día que nos dejen solos, que será el lunes día 28, en cuanto mi padre y mi madre se marchen al trabajo, preparamos las cosas y hala. Y que nos busquen, que cuando se den cuenta ya estaremos en el pueblo, y allí nos vamos a quedar hasta que empiece el cole por lo menos. Eso sí, no se te olvide llevar tú también algo de dinero, para comprar lo que haga falta, comida y demás. Y ya verás qué bien vas a estar allí, en tu casa, calentito al lado de la lumbre si hace frío, y dando todos los paseos que quieras, o viendo caer los copos desde la ventana si algún día nieva, que ojalá… Abuelo, ¿me oyes?