Cataluña

Puigdemont se abre a reformar el Consell per la República para un acuerdo con Esquerra

Reivindica la “legitimidad” de este ente para erigirse en el coordinador y autoridad del “procés”

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont
El expresidente de la Generalitat Carles PuigdemontBenoit Doppagne

El proceso independentista ha alumbrado una buena pila de organizaciones e iniciativas políticas. Entre ellas, ahora sobresale el Consell per la República, ente presidido por Carles Puigdemont que pretende erigirse en el coordinador y autoridad del “procés” y, al mismo tiempo, se ha convertido en el principal escollo de las negociaciones entre Esquerra y JxCat para la investidura de Pere Aragonès. Ante este estancamiento en las conversaciones en torno al Consell per la República, Puigdemont se ha abierto a reformarlo con el resto de formaciones independentistas para tratar de alcanzar un acuerdo.

En una declaración política publicada esta mañana, Puigdemont sostiene que el Consell per la República es la “institución republicana” en la cual se deben acordar las estrategias para hacer “efectivo” el mandato del referéndum ilegal del 1-O y se ha avenido a “reformular” su gobernanza para “definir de forma precisa y sin contradicciones” las funciones específicas de sus órganos. “Manifestamos nuestra disponibilidad a debatir esta cuestión con los actores llamados a formar parte de esta dirección política colegiada y, a consecuencia de este debate, modificar todo aquello que convenga de lo que ahora dispone el Reglamento del Consell sobre la gobernanza y su estructura institucional”, apunta el documento, aunque advierte de cualquier cambio requerirá de la validación de los 92.000 socios.

Lo cierto es que el Consell per la República se creó a finales de 2018 con el objetivo de generar un espacio de poder a Puigdemont en Bruselas tras frustrarse su investidura telemática a principios de ese mismo año. Esquerra siempre ha exhibido mucho recelo y la CUP y Òmnium Cultural ni se han adherido. El Consell está presidido por Puigdemont y cuenta con 11 personas más en la dirección, de diversas organizaciones independentistas (desde ERC a la ANC pasando por Demòcrates).

Los republicanos y la CUP son partidarios de crear un nuevo ente que agrupe a todos los partidos y entidades independentistas para decidir sobre el “procés” y tenga mayor transversalidad. En cambio, JxCat defiende mantener el Consell per la República y apuesta por crear una bicefalia: el “procés” queda en manos de Puigdemont en Bruselas y la gestión del día a día en Cataluña queda en manos de Pere Aragonès desde la Generalitat. Esquerra rechaza este escenario porque entiende que es una “usurpación” del poder del Govern.

Investidura

En cualquier caso, este paso parece difícil que cambie nada de inmediato y el debate de investidura de mañana tendrá previsiblemente el mismo desenlace que el pasado viernes: JxCat se abstendrá y tumbará a Aragonès. De hecho, el partido de Puigdemont ha ignorado a Esquerra a lo largo de todo este fin de semana y ha dado por hecho que las negociaciones se alargarán bastante en el tiempo porque quiere conseguir un “buen acuerdo de legislatura” que corrija todos los choques de la pasada legislatura.

Las relaciones se han ido deteriorando cada vez más y la legislatura nacerá con la misma tensión y división que la anterior.

Legitimidad del Consell

En el documento, Puigdemont baña de legitimidad al Consell per la República. En este sentido, destaca que bebe de tres fuentes de legitimidad: el referéndum ilegal del 1-O; la “transversalidad” por la pluralidad de miembros que integra; y, su “naturaleza democrática” basada en la Asamblea de Representantes que quieren crear y votada por los socios.

No obstante, en Esquerra recuerdan que las elecciones del pasado 14 de febrero dictaron la victoria de los republicanos y ahora la misma autoridad que ha tenido Puigdemont durante la pasada legislatura frente a Quim Torra le corresponde a Oriol Junqueras. En este sentido, cabe recordar que Puigdemont se propuso que el Consell per la República llegara a los dos millones de socios para obtener un censo igual que el número de votantes independentistas y así lograr mayor legitimidad, pero se ha quedado en 92.000 socios.

El objetivo, en definitiva, del Consell per la República es avanzar en el “procés” y tratar de materializar la república catalana.