Cataluña

El Govern y la CUP chocan por los Mossos y los impuestos en plena cuenta atrás para los presupuestos

Los proyectiles de foam, el decreto de las renovables y los tributos a las rentas altas, tres cuestiones enquistadas desde el inicio de una negociación que entra en tiempo de descuento

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con la diputada de la CUP Dolors Sabater, a su llegada a un Pleno del Parlament el pasado jueves
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con la diputada de la CUP Dolors Sabater, a su llegada a un Pleno del Parlament el pasado juevesDavid ZorrakinoEuropa Press

Un fuerte choque en la comisión de Interior del Parlament de esta semana sirve para escenificar el abismo que separa al Govern de la CUP en plena cuenta atrás para los presupuestos catalanes: los comunes impulsaron una resolución para aplicar una moratoria en el uso de las balas de foam por parte de los Mossos de Esquadra, una propuesta solo secundada por los antisistema.

El encontronazo se evidenció con Esquerra y Junts votando en contra pese a que la medida está incluida en el pacto de investidura suscrito con Pere Aragonès. Para defender su posición, los partidos del Ejecutivo se acogieron a las conclusiones de la comisión de estudio sobre el modelo policial creada expresamente, aunque los antisistema no dejan de repetir que no se está cumpliendo el acuerdo con ERC.

Y es que las diferencias entre el Govern y la CUP son notorias en plena recta final para los presupuestos, una negociación ardua y endiablada, que se complica por momentos a poco más de una semana de que el Consell Executiu apruebe previsiblemente las cuentas, el 9 de noviembre. El objetivo es iniciar su tramitación parlamentaria a mediados de mes para que entren en vigor a principios de 2022, algo que no se consigue desde hace más de una década. Asimismo, hay que tener en cuenta que son los primeros presupuestos de la era Aragonès, que ya renunció a elaborar un proyecto para este 2021 con el pretexto del retraso por la investidura y la confección del Ejecutivo. Y la CUP añade presión estos días con una consulta a sus bases sobre cómo abordar la negociación.

Las posturas siguen enconadas y las diferencias también son notables en otra de las líneas maestras de las cuentas: la fiscalidad. La CUP reclama subir los impuestos a las rentas que superen los 60.000 euros anuales, un extremo que en la consejería de Economía –en manos de Jaume Giró, de Junts– rechazan. De hecho, sólo contemplan como opción rebajarlos mínimamente para las rentas inferiores a 30.000 euros y dejar igual Patrimonio, Donaciones y Sucesiones.

En las últimas horas la CUP también ha criticado con fuerza el decreto que ha aprobado la Generalitat para poner las bases de una energética pública pese a ser un claro guiño para los presupuestos. Para los cuperos, esa medida es insuficiente y habrá que ver si la acaban tumbando en el Parlament cuando se tenga que votar en 30 días.