Ocio
Diez maneras de pedir (bien) cerveza en España
Además de su marca predilecta, cada región también tiene su propia jerga para pedir algo más que una caña
A todo el mundo le ha pasado que, al salir de su comunidad, ha intentado pedir una cerveza y se ha encontrado con una cara de sorpresa por parte del camarero de turno. No es para menos, si cada región en España tiene su marca predilecta también tiene su propia jerga. Algunas, por cierto, de difícil comprensión. En cualquier caso, resulta necesario hacerse con este vocabulario para conseguir pedir, bien, una cerveza. Y utilizar siempre, ponme una caña, el imperativo. Cosas del castellano.
Así, bajo lo socorridos irse de cañas o irse de birras se esconden zuritos, medianas o incluso cañones. Eso sí, podría parecer que nos hemos puesto casi de acuerdo con el quinto, pero incluso al quinto también se le puede llamar botellín. E incluso tubo. Una caña, al menos, es aquella cerveza de tirador y, visto lo visto, parece universal. O no.
Así, de Madrid hacia el sur, es decir, Castilla la Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía e incluso Canarias, uno puede moverse indistintamente y siempre acertará: cañas y tercios. No obstante, las medidas pueden variar pese a que una caña se mueve alrededor de los 200 mililitros.
En Galicia mantienen el tercio y a la caña, sin embargo, se le llama corto. Los asturianos, sin embargo, mantienen la caña como terminología más habitual y al tercio le llaman media. Pese a la distancia geográfica parecen emparentados con Cataluña ya que en esa orilla del Mediterráneo el tercio es una mediana y también son aficionados a la caña. En Baleares, tres cuartas partes de lo mismo. Lo cierto es cierto halo de misterio rodea a esta terminología, aunque se da por buena la explicación de que se trata del término medio entre el quinto y el litro.
Siguiendo con el recorrido geográfico llegamos al País Vasco, dónde, quizás, hay más riqueza de tamaños y nombres. Así, a las habituales caña y tercio añaden, de su cosecha, el zurito y el cañón. Amén de los cubalitros, pero eso ya es otro debate. Y tanto en Aragón como Castilla y León, finalmente, también tienen su propia terminología al margen de cañas y tercios: el penalti y el corto, respectivamente. Que sería, como el zurito, lo que en muchos lugares se conoce como una media caña. Es decir, unos 100 o 140 mililitros de cerveza.
¿Y una caña doble? Pues aún peor. Se puede utilizar la pinta inglesa como salvavidas pero en esta categoría aparecen botijos, litronas, porrones, tanques o cachis.
Así las cosas, con este modesto manual de supervivencia ya no hay excusa para pasar este verano los más fresco posible evitando miradas de desaprobación. O no.
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