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TV3 busca un salto imposible: de la política a la Generación Z

La nueva directiva quiere convertirla en una plataforma de contenidos de referencia en catalán y atraer a los jóvenes con su refundación

La presidenta de la CCMA, Rosa Romà ayer en el acto en la cadena catalana
La presidenta de la CCMA, Rosa Romà ayer en el acto en la cadena catalanaTV3freemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@e4c5a58

De televisión de marcado carácter político a ser una plataforma de contenidos de ficción para los más jóvenes. TV3 busca un salto imposible con su refundación, un cambio de paradigma bajo una nueva cúpula pactada por Esquerra, PSC y Junts. El objetivo es «reconectar» con la ciudadanía tras una década de «procés» y centrar sus esfuerzos en la ficción y el entretenimiento en catalán. Un nicho de mercado para llegar a la Generación Z, uno de los retos de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), el ente que gestiona la cadena y la radio públicas.

«Tenemos y sabemos encontrar programas de éxito, sobre todo en entretenimiento, y debemos valorar la referencia de nuestros informativos y documentales. Continuamos, pues, adelante con los contenidos y nos abrimos a nuevas formas de distribución», resumió ayer el director de TV3, Sigfrid Gras, durante la presentación de la nueva hoja de ruta a seguir por parte de la cúpula directiva.

En este sentido, una de las propuestas estrella es la creación y el impulso de una nueva plataforma de contenidos a la carta –similar a la que usan otras internacionales y que solo emiten por internet– que reúna todo el audiovisual en catalán, sea de TV3 o no. Es decir, un servicio a la carta de acceso universal –no de suscripción– para contenidos de ficción y solo en lengua catalana bajo el paraguas de la cadena pública.

La televisión dependiente de la Generalitat también tiene previsto impulsar una nueva estrategia de marcas para conectar con toda la ciudadanía –mención especial a la Generación Z, señalada por la presidenta del organismo, Rosa Romà, como público deseado– acelerar la transformación digital y tecnológica, implantar un nuevo modelo de gestión y organización que potencie el talento y la innovación, además de reforzar la información y los contenidos de servicio público.

Es decir, busca la ecuación imposible de mantener la información política y los informativos en la parrilla, mientras vira hacia el entretenimiento y la ficción propia de las grandes generadoras de contenidos que solo emiten por internet. «Queremos estar conectados con el sector audiovisual y con la ciudadanía, compartir referentes comunes, además de aumentar el consumo audiovisual en catalán, sea cual sea la plataforma de difusión», zanjó al respecto Rosa Romà.

Un salto complicado teniendo en cuenta la politización de la cadena a raíz del «procés» y su escasa penetración entre los catalanes menores de 35 años. De hecho, la nueva dirección subraya el «envejecimiento» de la audiencia de TV3 y Catalunya Ràdio y fija como retos «conectar con las audiencias infantiles, adolescentes y jóvenes en los puntos de contacto en los que consumen contenidos audiovisuales».

El viraje emprendido por la cadena busca potenciar espacios como «Crims» –el programa sobre crónica negra de Carles Porta, que ha saltado de la radio a la televisión con un éxito notable–, «Eufòria» –un «Operación Triunfo» catalán– o bien ahora su versión «Dance», un programa dedicado al baile urbano y pensado para los más jóvenes.

Eso sí, la dirección mira hacia los partidos políticos para exigir una financiación pública «adecuada» y superior a la actual. Sin embargo y pese a los recortes de la última década, la cadena catalana es la autonómica con mayor inyección de dinero público por parte de la Generalitat, una cuantía que año tras año roza los 300 millones de euros directos por parte del Govern. Sin ir más lejos, para este 2022 el Ejecutivo presupuestó 284 millones de euros, una de las cifras más altas de los últimos años para los medios de comunicación públicos tras el estallido de la crisis. Ahora, la nueva asignación para desarrollar el plan de refundación depende de las cuentas de 2023 que el Ejecutivo de Pere Aragonès sigue negociando con los Comunes, el PSC y Junts, en tiempo de descuento y sin un acuerdo a tres semanas de que termine el año.

A su vez, zafarse del control político es otro de los saltos imposibles de TV3, siempre en el punto de mira por sus polémicas fuera del terreno televisivo. La semana pasada y en sede parlamentaria, la nueva cúpula anunció la creación de una comisión para controlar las publicaciones en Twitter de su plantilla. El objetivo es justo evitar insultos u opiniones de marcado perfil político.

Y políticos entre el público

Pese a los intentos públicos por despolitizar la dirección de TV3 y Catalunya Ràdio –pactada entre el PSC, ERC y Junts– lo cierto es que ayer eran varios los diputados que asistieron de público al acto de refundación del organismo. También estuvo la vicepresidenta y consejera de Presidència, Laura Vilagrà, mano derecha de Aragonès en la Generalitat.