
Guerra
Cada vez más rusos y ucranianos en Barcelona: cómo ha cambiado la ciudad desde el inicio de la guerra
El conflicto internacional ha impactado directamente en el padrón barcelonés: en solo año y medio se han duplicado los ucranianos y crece también la población rusa

La guerra entre Rusia y Ucrania, iniciada en febrero de 2022, ha tenido repercusiones globales que se reflejan también en el ámbito local de Barcelona.
Más allá de las implicaciones políticas y económicas, la guerra ha provocado movimientos migratorios significativos que han transformado el tejido demográfico de la capital catalana.
Incremento notable de población ucraniana y rusa en Barcelona
Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, la población ucraniana en la ciudad ha experimentado un crecimiento considerable.A principios de 2022, residían en Barcelona aproximadamente 5.000 ciudadanos ucranianos.Sin embargo, entre marzo de 2022 y agosto de 2023, esta cifra casi se duplicó, alcanzando los 9.510 residentes, y la tendencia indica que el número sigue en aumento.
Paralelamente, la comunidad rusa también ha mostrado un crecimiento significativo.En marzo de 2022, se contabilizaban 7.554 ciudadanos rusos empadronados en Barcelona.Para agosto de 2023, esta cifra había ascendido a 11.411, evidenciando un incremento notable en un periodo relativamente corto.
Distribución geográfica: barrios con mayor concentración de población ucraniana y rusa
La llegada de nuevos residentes ha tenido un impacto directo en la distribución demográfica de diversos barrios de Barcelona.Las comunidades ucraniana y rusa tienden a establecerse en zonas específicas de la ciudad, contribuyendo a la diversidad cultural de estos barrios.
A pesar de que antiguamente la "Little Ucrania" y "Little Rusia" de Barcelona se ubicaba en los barrios de Diagonal Mar i el Front Marítim, la situación actual ha redefinido las zonas de población extranjera de Ucrania y Rusia.
Barrios como el Eixample, Sarrià-Sant Gervasi y Horta-Guinardó han visto un aumento en la concentración de estas poblaciones, lo que ha generado una mayor demanda de servicios y ha enriquecido la oferta cultural y comercial de estas áreas.
Impacto en el tejido social y económico de la ciudad
La integración de miles de nuevos residentes ha supuesto desafíos y oportunidades para Barcelona.En el ámbito educativo, las escuelas han adaptado sus programas para acoger a estudiantes de origen ucraniano y ruso, implementando recursos lingüísticos y de apoyo psicológico para facilitar su integración.
Los servicios sociales han incrementado sus esfuerzos para atender las necesidades específicas de estas comunidades, ofreciendo asesoramiento legal, asistencia sanitaria y programas de inserción laboral.
Económicamente, la presencia de estas comunidades ha revitalizado ciertos sectores comerciales.Se ha observado un aumento en la apertura de negocios regentados por ciudadanos ucranianos y rusos, como restaurantes, tiendas de productos típicos y servicios especializados, que no solo atienden a sus compatriotas, sino que también atraen a la población local interesada en nuevas ofertas culturales y gastronómicas.
Una Barcelona más diversa y resiliente
La llegada de ciudadanos ucranianos y rusos a Barcelona, impulsada por el conflicto en sus países de origen, ha transformado el panorama demográfico y cultural de la ciudad.Barcelona, fiel a su tradición de ciudad acogedora y cosmopolita, ha sabido adaptarse a esta nueva realidad, fortaleciendo su tejido social y enriqueciendo su diversidad cultural.
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