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El nuevo plan de usos en Ciutat Vella busca frenar la proliferación de negocios como tiendas de cannabis

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Ciutat Vella se prepara para una transformación radical: el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido poner freno a la proliferación de establecimientos que, según el gobierno local, no aportan valor añadido al distrito histórico de la ciudad. En este sentido, la Comisión de Gobierno aprobará, el próximo 26 de junio, un nuevo plan de usos para la zona que limita la apertura de nuevos negocios de productos cannábicos, salones de manicura, tiendas de fundas para móviles y tiendas de souvenirs.

Este cambio viene como respuesta a la creciente masificación comercial y el deseo de revitalizar la identidad culturalde un distrito que ha sido históricamente uno de los más emblemáticos de Barcelona. El tercer teniente de alcalde, Albert Batlle, ha asegurado que el nuevo plan tiene como objetivo "equilibrar los usos" y dar espacio a actividades más enriquecedoras para la ciudad.

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Según Batlle, las tiendas de cannabis, los salones de manicura y los establecimientos de fundas para móviles han saturado el centro de la ciudad y no contribuyen a la riqueza cultural ni al desarrollo económico de la zona. "Queremos evitar que el barrio se llene de negocios que no aportan nada y, en su lugar, fomentar actividades que fortalezcan la identidad cultural de Ciutat Vella", ha declarado Batlle, quien también ha recalcado la necesidad de reforzar la campaña de inspecciones para controlar las actividades comerciales.

La nueva normativa clasifica las actividades en tres niveles de impacto. Las de mayor impacto incluyen los establecimientos mencionados (tiendas de souvenirs, clubes cannábicos, etc.), mientras que las actividades culturales y el comercio cotidiano quedan en los niveles de menor impacto. Esta regulación pretende mejorar la calidad de vida en el barrio, evitando la saturación de ciertos tipos de comercios y estimulando la cultura en su lugar.

Impacto en los negocios actuales

Aunque el plan no afectará a las licencias que ya existen en el distrito, su implementación se centrará en controlar la densidad de locales en las áreas de mayor saturación, como La Rambla y Via Laietana. Batlle ha explicado que este plan busca limitar la excesiva concentración de ciertos tipos de negocios, como los mencionados, y optimizar el uso del espacio en función de la capacidad de cada zona.

"Luchar contra el 20% de comercios que no respetan las licencias actuales" es una de las principales metas de este nuevo plan, que pretende que los comerciantes se ajusten a las normativas sin abusar de la flexibilidad.

Ciutat Vella, un futuro cultural

La clave de esta reforma es clara: revitalizar la identidad cultural del barrio, promoviendo actividades que aporten valor a los residentes y turistas. La Rambla será uno de los puntos de enfoque, buscando reforzar su futuro cultural tras las obras de reforma que se están llevando a cabo. Además, Via Laietana se posicionará como un eje estratégico único con una identidad comercial reforzada.

El plan de usos también responde a una necesidad de adaptar Ciutat Vella a los nuevos tiempos, asegurando que el turismo no se coma la vida local y favorezca el desarrollo de actividades que enriquezcan a la ciudad y no solo la economía del momento.

Este giro en la política comercial y cultural de Barcelona marca el inicio de un cambio radical en la forma en que se gestionan los comercios en zonas históricas, como es el caso de Ciutat Vella. Si bien algunos empresarios y comerciantes pueden sentirse contrariados, el objetivo parece ser claro: hacer de Barcelona una ciudad más equilibrada, sostenible y culturalmente rica.