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Calor

El Zoo de Barcelona combate el calor de los animales con helados de frutas

Los trabajadores adaptan los cuidados de los animales a nuevos tipos de protocolos climáticos

El Zoo de Barcelona activa un protocolo especial ante el aumento de las temperaturas AYUNTAMIENTO DE BARCELONAEUROPAPRESS

Barcelona está experimentando uno de los veranos más calurosos de su historia. Prueba de ello es que la semana pasada se alcanzaron los 40 grados, la temperatura más alta jamás registrada en la ciudad. Por ello, el Zoo de Barcelona ha activado hoy una serie de medidas extraordinarias para adaptar los cuidados de los animales ante las altas temperaturas. Algunas de estas son la comida helada, la renovación más frecuente del agua y la activación de ventiladores interiores.

Aunque el zoo registra temperaturas, de media, hasta tres grados inferiores al resto de la ciudad por la cantidad de vegetación del parque de la Ciutadella, cuando llega el calor siempre se activa un protocolo especial para velar por el bienestar de los animales.

«Adaptamos los protocolos para hacer más soportable el calor para los animales, igual que lo hacemos nosotros en casa», ha explicado la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet, hoy en una rueda de prensa.

La hidratación es una de las prioridades ante el incremento de las temperaturas, por lo que se han incorporado más bebedores en las instalaciones del zoo y ahora se renueva con más frecuencia el agua con tal de mantenerla fresca.

También se ha intensificado la limpieza del agua en las zonas de baño de algunas especies como los elefantes, unos espacios que tienen un rol importante en la regulación térmica. A estos animales, como a los bisontes y los búfalos, se les remoja con mangueras o aspersores.

Para la renovación del aire y el control de la climatización en las estancias de los felinos y los osos, se han activado todos los ventiladores ubicados en los espacios interiores.

Por otra parte, la adaptación de los diferentes tipos de alimentación durante estos períodos de calor es también un factor imprescindible del protocolo contra el calor. Animales como los primates consumen fruta congelada, helados de caldo o de zumo de frutas; a las jirafas se les proporciona bloques de hielo con frutas; y, en el caso de las suricatas y las mangostas, granizados de gusanos.

Todas estas acciones se hacen procurando el máximo ahorro de agua y, en este contexto, el zoo ha reducido su consumo diario de agua hasta 600 metros cúbicos desde 2018.

«Como novedad, este año estamos en una fase de sequía importante, por lo que hemos tenido que actuar con una serie de restricciones», como la regulación de la presión del agua, ha destacado durante la rueda de prensa el director del Zoo de Barcelona, Antoni Alarcón.

Entre las medidas de prevención destaca un sistema de monitoreo del consumo y otro para detectar fugas. De cara al futuro, el zoo prepara una planta piloto de regeneración de agua procedente de la limpieza de las instalaciones, como parte de un proyecto financiado por la Unión Europea que busca optimizar el uso de agua.

El Ayuntamiento prevé que esta funcione, a partir del verano de 2025, mediante un sistema similar a las zonas húmedas en las que las plantas y microorganismos actúan como sistemas naturales de depuración. La planta se ubicará al lado de las balsas naturalizadas y estará diseñada de manera que los visitantes podrán ver la filtración del agua, según el consistorio.