Arte

Cuando la Fundació Miró sufrió un robo como el del Louvre

A golpe de maza fueron sustraídas varias obras en 1988

La Fundació Miró de Barcelona
La Fundació Miró de Barcelonalarazon

El mundo del arte está impactado por el reciente e incomprensible robo que se ha vivido en el Museo del Louvre de París. Aparentemente todo ha fallado en el museo más visitado del mundo, aquel en el que tendrían que funcionar toda la seguridad para evitar este tipo de sustracciones. Si ha podido ocurrir algo así en una institución de estas características, ¿es imaginable una situación parecida en algún museo catalán? ¿Podemos encontrar algún precedente? Sí, lo hay, aunque todo acabó bien, pero no nos avancemos.

Vayamos a los hechos y estos nos llevan hasta uno de los más visitados centros de arte de Barcelona como es la fundación que lleva el nombre de Joan Miró. En abril de 1988, el museo fue objeto de un impactante robo en una de sus salas realizó de una manera tosca, pero efectiva. Un fin de semana, concretamente la madrugada del 4 al 5 de abril, dos desconocidos rompieron a golpes de mazo uno de los cristales que comunicaban la Sala Joan Prats con el exterior del edificio. Una vez dentro se llevaron seis piezas originales de Joan Miró, en su mayoría de la primera etapa del artista. El guardia de seguridad que había en ese momento se limitó a lanzar gritos de ayuda al ver la acción por no llevar ninguna arma con él. Era un botín muy importante porque estaba formado por trabajos de un periodo de la carrera de Miró en aquel momento no muy bien representado en la fundación. En aquel momento las obras no estaban aseguradas y la alarma no estaba comunicada con la de la Guardia Urbana. Todo era un desastre.

Afortunadamente los ladrones no eran profesionales y dejaron algunas pistas en la huida, además de tratar de vender en el mercado negro piezas muy reconocibles. El 1 de junio de ese año, la policía recuperó en buen estado las pinturas que se encontraban repartidas entre dos zulos en Barcelona y Palencia. Los responsables de aquel hurto habían ofrecido sin suerte las obras a diferentes marchantes italianos.

Hoy ese conjunto sigue colgado en las paredes de la Fundació Joan Miró para disfrute de todos los amantes del arte.