Historia recuperada
La estrella de Hollywood que está enterrada en Cataluña
Fue la actriz mejor pagada de su tiempo y protagonista de dos películas de Alfred Hitchcock
A lo largo de su extensísima carrera como realizador y creador de todo tipo de suspenses cinematográficos, Alfred Hitchcock trabajó con algunas de las más grandes intérpretes que hemos visto en la gran pantalla. Grace Kelly, Ingrid Bergman o Tippi Hedren, entre otras. Sin embargo, una de las intérpretes del gran realizador decidió instalarse en Cataluña, donde vivió y hoy está enterrada.
Para saber más de todo esto nos tenemos que trasladar al Londres de los años 30, cuando Hitchcock está sorprendiendo con sus trabajos fílmicos. El cine está dando su salto al sonoro, algo a lo que también se apunta. Pero el realizador necesitaba una nueva protagonista y, si puede ser, rubia, algo que se convertirá en una de sus principales obsesivas fijaciones durante buena parte de su filmografía. La escogida fue una joven llamada Madeleine Carroll.
Ella era conocida como una de las más bellas actrices británicas de su tiempo, pero también por ser un nombre de referencia para la gran pantalla, hasta el punto de ser la intérprete mejor pagada en el Hollywood de los años 40 con un salario de 250.000 dólares, una barbaridad para su época.
El padre de Carroll quería que ella fuera profesora de francés, pero pese a haber estudiado en la Universidad de Birmingham nuestra protagonista optó por las artes escénicas y convirtiéndose en la Reina del Cine Británico, como era llamada en los periódicos de su país.
En 1928, la actriz protagonizó “The First Born”, una película que contaba con guion de Alma Reville. Poco después conoció al marido de la guionista: Alfred Hitchcock. Este la convirtió en la estrella de dos de sus producciones más importantes en Reino Unido antes de saltar a Estados Unidos: “39 escalones” y “Agente especial”. En un primer momento, “39 escalones” contaba con Jane Baxter como protagonista, pero finalmente fue sustituida por Madeleine Carroll quien vio como su papel se iba ampliando a medida que iba avanzando el rodaje. Sobre ella, precisamente, recayó buena parte de la promoción de la película.
Madeleine, como ya se ha dicho, fue reclamada por Hollywood, por Paramount Pictures con un generosísimo contrato. Fue allí donde logró importantes éxitos gracias a su participación en “Mi rubia favorita” o “El prisionero de Zenda”. Tras algunas incursiones en la televisión, Madeleine Carroll dejó de ser actriz. Por el camino habían quedado algunos proyectos, como “Reina Santa”, que debía rodarse en Madrid en 1946.
La actriz decidió retirarse en la Costa Brava, en Calonge, donde vivió durante años y hablando de aquel idílico lugar a sus amigos, como el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy a quien había invitado a pasar el verano de 1964, algo que no pudo ser por culpa del magnicidio de Dallas.
Carroll murió en 1987 en Marbella y fue enterrada en el viejo cementerio de Fuengirola, aunque sus restos estuvieron a punto de acabar en una fosa común. Eso fue lo que animó al Ayuntamiento de Calonge a reclamar que la intérprete fuera llevada a la población en la que había vivido tantos años, algo que finalmente se logró en 1998. Desde entonces la primera rubia de Hitchcock pasa la eternidad en el cementerio de Calonge. Su archivo personal se guarda en el Museu del Cinema de Girona.
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