Entrevista

"El independentismo está en crisis, pero ahí está el PSC para mantenerlos y conservarlos"

Santi Rodríguez, secretario general del PP catalán y diputado en el Congreso de los Diputados

Santi Rodríguez secretario general del PP catalán y diputado en el Congreso
"El independentismo está en crisis, pero ahí está el PSC para mantenerlos y conservarlos"La Razón

El secretario general del Partido Popular de Cataluña, Santi Rodríguez, analiza el momento político que vive su formación tras años de escasa representación territorial. Habla sobre la reorganización del PP en Cataluña, la estrategia para consolidarse como alternativa al PSC y al independentismo, y ofrece su visión sobre temas clave como la financiación autonómica, la vivienda, la seguridad o la política lingüística. También valora la gestión de Dani Sirera y Alejandro Fernández, así como las relaciones con Junts y el papel del partido en el Ayuntamiento de Barcelona.

Tras unos años en los que el PP catalán tuvo menos representación, ¿cómo se está reorganizando el partido para ser alternativa al independentismo y al PSC?

Efectivamente, hemos pasado unos años con poca representación territorial en Cataluña. La fuerza de cualquier opción política, especialmente un partido de gobierno y de alternativa como el nuestro, depende de su presencia en el territorio. Por eso, el primer paso fue trabajar en las elecciones municipales de 2023 para recuperar espacio. Teníamos representación en poco más de 30 municipios de los más de 940 de Cataluña, con apenas 60 concejales. En 2023 alcanzamos casi 200, un avance importante, aunque todavía insuficiente. Como secretario general, mi obligación es seguir ampliando esa implantación territorial. Cuanto mayor sea nuestra presencia, más garantía tendremos no solo en las municipales, sino también en las autonómicas o generales. Por eso, nuestra prioridad es reforzar la estructura y el músculo territorial para llegar a más sitios y mejorar resultados cuando se convoquen nuevas elecciones.

En el actual panorama político de Cataluña, que parece más polarizado que nunca, ¿qué mensaje lanza el Partido Popular al votante moderado que se siente huérfano?

Precisamente nuestro mensaje es que seguimos siendo un partido de orden, moderado, que respeta la ley y cree que las leyes están para cumplirse. Sabemos que no hay soluciones mágicas a los problemas complejos; las soluciones reales requieren esfuerzo. Nos autoexigimos que nuestras propuestas sean creíbles y aplicables, porque somos un partido de gobierno y queremos serlo también en Cataluña. No verán en el Partido Popular propuestas mágicas populistas ni promesas que puedan agradar mucho a la gente pero luego no se puedan llevar a la práctica. Ese es el mensaje. Seguramente puede ser aburrido, pero es que al final en política hay pocas cosas que inventar y las soluciones que hay a los problemas son las que son y no son otras, por mucho que algunos inventen.

¿Cree que el independentismo atraviesa una crisis real o simplemente está en un estado de reserva?

El votante independentista está frustrado. Durante años le prometieron cosas que no existían y eso ha generado un desgaste electoral importante. Estarían aún peor si el PSC de Salvador Illa y el Gobierno de Pedro Sánchez no les hubieran dado protagonismo artificial. Es artificial porque no tienen apoyo electoral. El independentismo está en crisis, pero el PSC los mantiene con vida política, dándoles una esperanza de futuro que no se corresponde con su reflejo electoral real.

Una de las luchas actuales del independentismo, que el PSC parece haber asumido, es la de la financiación singular. ¿Cuál es la posición del PP catalán?

El actual modelo de financiación, pactado entre Esquerra Republicana y el PSOE en 2009, debía revisarse en 2014, pero no se hizo por la situación económica. Sí, somos partidarios de mejorar la financiación de los servicios públicos en Cataluña, educación, sanidad, servicios sociales, pero con contrapartidas. Cataluña no puede seguir siendo la comunidad que más impuestos paga ni la que más descontrol tiene en el gasto. Además, no puede mantener estructuras creadas por el independentismo para promover su ideología. Por tanto, defendemos una mejor financiación, pero con responsabilidad en el uso de los recursos públicos, que son de los ciudadanos.

Otra bandera del independentismo, que el PSOE también ha aceptado, es la del catalán en Europa. A ustedes se les acusó de boicotear el tema.

En parte, el catalán ya está presente en algunos textos oficiales del Parlamento Europeo y la Comisión. Pero que sea lengua oficial en Europa depende de los Estados miembros, que toman sus decisiones según sus propias políticas internas. El problema del catalán no está en Europa, sino en Cataluña. El uso social del catalán ha disminuido a pesar de 40 años de políticas lingüísticas basadas en la imposición y la sanción. Si después de tanto tiempo esas políticas no han funcionado, quizá sea hora de cambiarlas. Apostamos por fomentar el catalán desde la convivencia, no desde la imposición.

¿Hay alguna intencionalidad en que el otro día Feijóo presentase su plan de inmigración en Cataluña?

Es evidente. Si se hace en Cataluña es precisamente porque Cataluña es una de las comunidades que más sufre el problema de la inmigración y de la inseguridad.

Siguiendo con Feijóo, ¿cuál debe ser su relación con Junts, tanto en Madrid como en Cataluña?

Las diferencias con Junts son evidentes, aunque en algunos puntos puedan coincidir nuestras posiciones. En esos casos, no rechazaremos sus votos. Pero alcanzar acuerdos estables con un partido que antepone la independencia y los intereses personales de sus líderes es prácticamente imposible. Nuestro límite es claro: la Constitución Española. Más allá de ella, no buscaremos ni aceptaremos acuerdos.

¿Ya tiene fecha el Congreso del PP catalán?

Todavía no. Estamos centrados en reordenar la estructura del partido tras una etapa de debilidad. Queremos fortalecer la organización, consolidar nuestra presencia territorial y esperar a que el horizonte electoral se despeje antes de abordar los congresos necesarios.

¿Cree entonces que hay posibilidad real de elecciones en España?

Sí, la hay cada día. Desde agosto de 2023 estamos preparados para unas hipotéticas elecciones. Junts amenaza constantemente con romper, pero nunca cumple. El Gobierno está paralizado: tiene dificultades para aprobar leyes, sus socios se enfrentan entre sí y los casos de corrupción lo acorralan. Con un gobernante normal, esta legislatura ni siquiera habría comenzado. Por eso, cada día es una posibilidad real de elecciones.

Según los barceloneses, la vivienda y la seguridad son las principales preocupaciones. ¿Qué propone el PP en este sentido?

En vivienda, hemos presentado un plan para facilitar el acceso. Las políticas del Ayuntamiento y de la Generalitat, como la limitación de rentas o el 30% de vivienda social, han empeorado el problema, reduciendo la oferta y elevando los precios. Cuando aplicas políticas que agravan el problema, es que son equivocadas. En Cataluña, más de 40.000 viviendas se han retirado del alquiler. Nosotros proponemos aumentar la oferta mediante la agilización del cambio de uso del suelo y dar recursos a las comunidades para construir viviendas. La ocupación también es un problema real. Muchos pequeños propietarios viven aterrorizados ante la posibilidad de perder su vivienda. Negarlo, como hacen algunos gobiernos, es una irresponsabilidad.

En cuanto a seguridad, defendemos que no sobra ningún cuerpo policial: Mossos, Policía Nacional o Guardia Civil. Todos son necesarios. Y no podemos mandar a los Mossos a controlar las fronteras, puertos o aeropuertos, tienen que estar en las calles. Además, pedimos modificar la legislación contra la multirreincidencia. El PP ya presentó una proposición de ley que el Congreso aprobó para su tramitación, pero el PSOE la tiene bloqueada. Si hay un problema, hay que abordarlo, no esconderlo.

¿Cómo valoró la dirección del PP la decisión de apoyar a Collboni? ¿Lo repetirían?

La dirección confió en el grupo municipal para decidir lo más adecuado. En aquel momento se optó por evitar que el Ayuntamiento de Barcelona cayera en manos de Junts o de Ada Colau. Se consideró que el PSC ofrecía una garantía para impedir que un alcalde independentista viajara al día siguiente a Waterloo a rendir pleitesía a un presidente fugado. Collboni ha tomado decisiones con las que no coincidimos, y Dani Sirera lo denuncia constantemente, pero se cumplió la promesa de que, si dependía del PP, ni Colau ni los independentistas gobernarían Barcelona. Fue una elección entre “susto o muerte”.

¿Cómo valoran el papel de Dani Sirera y de Alejandro Fernández al frente del PP? ¿Repetirán como candidatos?

Muy positivamente. Apoyamos plenamente la labor que están realizando tanto en el Ayuntamiento de Barcelona como en el Parlament. Aún queda tiempo antes de hablar de listas, pero hoy por hoy, ningún reproche a ninguno. Valoramos su trabajo y el de sus equipos. Cuentan con todo nuestro apoyo, pero la decisión se tomará cuando corresponda, pocos meses antes de las elecciones.

¿Cómo valoran el debate generado con Xavier García Albiol y su apoyo al Pacto Nacional por la Llengua en Badalona?

Evidentemente, las polémicas no son de nuestra satisfacción. La moción que se acordó en Badalona fue fruto de un error que se reconoció y se zanjó con un comunicado. El fondo del asunto está en la insistencia del Gobierno de la Generalitat en mantener unas políticas lingüísticas que han fracasado. Nuestro principio es claro: imposición lingüística, no; convivencia e impulso de las lenguas, sí. Ese era el sentido original de la moción, y así lo dejamos claro al corregir el error.