Libros

Un juego de espejos llamado Coco Chanel

La escritora Wendy Guerra novela la vida y la circunstancia de uno de los grandes referentes del mundo de la moda

GRAFCAT4511. BARCELONA, 27/02/2025.- La escritora cubana Wendy Guerra cree que "la moda siempre ha sido una forma de resistencia", un mundo que describe en su última novela, 'La costurera de Chanel', llena de protagonistas femeninas con la que quiere rendir homenaje a las mujeres que han estado siempre en la parte trasera de la Historia. EFE Enric Fontcuberta
Wendy Guerra: La moda siempre ha sido una forma de resistenciaEnric FontcubertaAgencia EFE

Coco Chanel no es solo uno de los grandes mitos de la alta costura. Ella fue también, con sus luces y sus sombras, una testigo de algunos de los dramas del siglo XX. La bibliografía sobre ella es extensísima, tanto que con esas telas puede tejerse una aproximación a tan fascinante personaje gracias a la novela. Eso es lo que ha hecho la escritora cubana Wendy Guerra en «La costurera de Chanel», publicada por Lumen.

Guerra, que estos días ha estado en Barcelona para presentar su nuevo trabajo, conversó con este diario sobre un libro en el que se nos traslada a Arcachon, una pequeña ciudad francesa, en la que Simone Leblanc, con la ayuda de su ama de llaves y confidente Teresa, intentan volver a abrir su taller de costura. Una de las veraneantes de Arcachon, Gabrielle Chanel, se acerca al establecimiento y propone a Simone que trabajen juntos. Todo ello forma de un relato en el que se combina la realidad y la ficción. «Creo que Chanel es como una especie de portaaviones para contar una historia muy elevada como es la de las mujeres detrás del mito. Ella está allí, pero quién es esa mujer que tuvo que llegar de alguna parte, con gente que la apoyaron para ser una maravillosa diseñadora. Es una mujer oscura y maravillosa, que tiene esas dos caras porque nadie es una única cosa», aseguró Wendy Guerra.

La escritora reconoce que se encontró ante un personaje «con muchas aristas. Hay muchas Chanel y es como un juego de espejos en el que hay que elegir uno, como quien elige una tela, corta, entalla... Esa Chanel mía es humana, tiene un lado fabuloso, pero también tiene el lado de niña, el de monstruo, el de novia dejada».

La novela de Guerra llega en un momento en el que parece existir un interés por revisar a los grandes nombres de la alta costura, especialmente gracias a varias series de televisión por cortesía de algunas plataformas. La escritora matiza y recuerda que esa curiosidad igualmente se extiende hacia el mundo de las dos guerras mundiales. «Es como pasó, por ejemplo, con “El hombre que amaba los perros”, esa maravillosa novela sobre el mundo del trotskismo y de Frida, en un momento en el que parecía que estaba todo dicho. No hay temas recurrentes sino buenas o malas novelas, algo que va más allá de la reiteración sobre una época o un personaje. ¿Cuántos vestidos de Chanel se venden en el mundo entero? Millones. El problema no es quién lo cuenta sino cómo se cuenta», subraya la novelista. Y, en este sentido, a Wendy Guerra le gusta citar a su maestro Gabriel García Márquez cuando aconsejaba que «no importa si sucedió o no, lo que importa es que sea verosímil».

En la actualidad, Wendy Guerra vive en Miami tras haber estado durante años trabajando en su Cuba natal, país que tiene también un papel destacado en la novela. Cuando se le pregunta a la escritora por la realidad cubana, le gusta citar al escritor Eliseo Alberto, el mismo que reconocía que «Cuba es un piano toca en el horizonte. Mientras siga tocando hay esperanza. En la actualidad en Cuba no hay legislación. Lo que sí hay es una impunidad terrible de hacer lo que sea con los ciudadanos. Hay mendigos en las calles, una situación muy triste y dura. No hay posibilidad de comprar. Puedes encontrarte ahora a dramaturgos pidiendo y mirando en la basura, mucha delincuencia. La revolución abandonó a nuestros padres y abuelos. Yo estuve cincuenta años en Cuba, sostuve la tesis de escribir desde dentro. Cuando ya no existía posibilidad tomé mi balsa con alas y partí. Ni siquiera siento nostalgia ahora. Por eso, puedo escribir ahora sobre esa otra Cuba».

«Las costurera de Chanel» podría ser llevada pronto a la gran pantalla «de la mano de un director importante, aunque aún no hemos empezado a hablar despacio», asegura su autora con suma prudencia.