Entrevista
Luis García Montero: «Se le hace un flaco favor al catalán si se le desprecia desde España»
El responsable del Cervantes habla de desembarco este lunes de la institución en Barcelona con su reunión anual
Barcelona será a partir de mañana la ciudad cervantina por excelencia. El Instituto Cervantes aterriza en la capital catalana con un amplio programa encabezado por la reunión anual de directores de la entidad y seguidamente, este martes, la sesión de trabajo sobre plurilingüismo que estará presidida por la Reina Letizia. Luis García Montero, responsable del Cervantes, habló con este diario sobre este evento que por primera vez se celebra en suelo catalán.
¿Qué pasará la semana que viene en Barcelona?
Todos los años tiene lugar una reunión de los directores del Instituto Cervantes en la que hablamos de los retos, las cosas que han salido bien y las que hay que solucionar. La costumbre es realizarla en una ciudad distinta porque eso nos ayuda a conocer la diversidad de España. Nos interesa ir cambiando. Se ha hecho en muchas ciudades, pero faltaba Cataluña. En este sentido se lo propusimos al Ayuntamiento de Barcelona y hemos firmado un acuerdo para que, con la ayuda de la Universidad de Barcelona, la reunión se celebre aquí.
Da la sensación de que Cataluña ha quedado en los últimos años al margen de las actividades del Instituto Cervantes.
El Instituto Cervantes tiene como tarea la defensa de la cultura española y en español, y ese matiz es porque formamos parte de una comunidad con Latinoamérica. Somos el segundo idioma del mundo después del chino mandarín. Cuando hablamos de cultura española hay que recordar que hay distintas tradiciones, como es la tradición en castellano, en catalán, en euskera y en gallego, es decir, las lenguas oficiales. También damos clases, además del español, de las otras lenguas. En las actividades culturales, en el informe del último patronato vimos que había una participación muy alta de escritores y representantes de las lenguas oficiales. Celebramos todos los años el día de las lenguas europeas, porque es el día que Europa celebra la diversidad lingüística, y lo hacemos junto al Ramon Llull, el Etxepare y el Consello da Cultura Galega. En este ámbito, la reunión de Barcelona servirá para que se hable del plurilingüismo. Hay una actividad que una tarde se desarrollara en el Ramon Llull y hay también, incluso, mesa de debate con representantes de Colombia, Perú y otros países para ver el diálogo del español con las lenguas indígenas en el mundo. Nuestra idea es defender siempre el plurilingüismo y, en ese sentido, la literatura catalana ha estado siempre muy presente. Creo que las lenguas son muy respetables e intentar politizar la identidad puede ser muy peligroso. Se le hace un flaco favor al catalán si se desprecia su lengua y su cultura desde España, como es un disparate si desde Cataluña no se aprovecha una realidad bilingüe considerando un enemigo al español. El diálogo es fundamental y creo que la tarea de las lenguas hegemónicas, como el español, es apostar por la diversidad y no querer hacerse únicas. Es defender la convivencia con otras lenguas. Por ejemplo, hay muchas políticas contra el español en Estados Unidos donde se habla de mantener solo el inglés. Sin embargo, nuestros estudios nos dicen que el conocimiento de otro idioma no entorpece sino que ayuda a reconocer las características de un aprendizaje y el uso del propio idioma.
¿Estamos ante el inicio de una amistad entre el Cervantes y Cataluña?
Nosotros tenemos un acuerdo desde hace tiempo, con el Ramon Llull, para hacer programas y colaboraciones conjuntas. Seguimos con atención la posibilidad de realizar enseñanza de catalán, por ejemplo, en nuestro centro de Londres, en Viena o en Alemania, donde hay mucho interés. En este sentido trabajamos y facilitamos el estudio del catalán allí donde pueda haber posibilidad de estudio de una cultura y una tradición importante. Esto hay que hacerlo dentro de todo un proceso de transformación digital donde, a través de Internet, fluyen las lenguas hegemónicas y hay que preocuparse por consolidar también la variedad lingüística, algo que es una verdadera riqueza de nuestra nación.
Viendo la programación para estos días, también se quiere reivindicar el papel de Barcelona como ciudad cervantina, pese a que hasta ahora el Ayuntamiento no se ha preocupado por potenciar que fue aquí donde se escribieron páginas de la segunda parte de «Don Quijote de la Mancha».
Creo que en este sentido es muy importante la labor que están realizado las diferentes asociaciones cervantinas. Barcelona desde luego que es una ciudad cervantina por lo que estudió Martí de Riquer o como demuestra Aurora Egido en el ensayo que acaba de publicar. La importancia de Barcelona en el segundo tomo de «El Quijote» y en la evolución de la propia figura de don Quijote, con su derrota con el Caballero de los Espejos, es muy evidente. No se puede olvidar la visita que hace don Quijote a la imprenta, que Barcelona es puente del pasado y del presente, recordando que fue la capital de la cultura en español con la presencia de escritores como García Márquez y Vargas Llosa en los años sesenta y setenta. Todo lo que sea recordar la importancia que le da Cervantes a Barcelona como ciudad hospitalaria, generosa y viva creo que será muy bueno para Barcelona y nos ayudará a comprender cuál fue la personalidad de Cervantes y lo que significó la llegada de don Quijote a la ciudad. Barcelona le sirvió para pagar una deuda de gratitud con una ciudad a la que él admiraba.
¿Se puede seguir considerando a Barcelona, como decía Cervantes en «El Quijote», como ««archivo de cortesía»?
Me parece que es una definición muy importante para los que creemos en la diversidad y en la convivencia. Hay que entender que el diálogo, el entendimiento y la cortesía enriquecen. Las reacciones fanáticas y las entidades cerradas empobrecen siempre.
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