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Apagón

Radios en la calle: así se informaron los vecinos de Barcelona de las novedades del apagón

Un vídeo viral muestra a decenas de vecinos reunidos alrededor de una radio en plena calle para informarse durante el corte de luz masivo en la ciudad

APAGÓN EN BARCELONA Marta PerezEFE

Un inesperado apagón dejó ayer sin luz a toda la Península durante buena parte del día. La incidencia, que afectó de lleno a Cataluña, dejó sin suministro eléctrico a miles de hogares, comercios y servicios, provocando no solo incomodidad, sino también una sensación generalizada de incertidumbre.

Las causas de la avería todavía no están claras, pero durante varias horas, muchos vecinos se quedaron sin electricidad, sin internet y sin acceso a canales habituales de información como la televisión o el móvil.

Ante la falta de información y sin saber cuánto tiempo duraría la situación, un gesto espontáneo llamó la atención en un barrio de Barcelona: un vecino bajó a la calle con una radio portátil encendida, con el volumen alto, sintonizada en una emisora de noticias. Poco a poco, otros vecinos empezaron a acercarse, hasta que se formó un corro en torno al aparato, todos atentos a las últimas novedades que se iban emitiendo.

La escena, grabada por un transeúnte y difundida por redes sociales, no tardó en viralizarse. En el vídeo se ve a personas de todas las edades escuchando con atención lo que la radio informaba sobre el apagón y los posibles tiempos de resolución. En los comentarios, muchos usuarios han destacado el recuerdo de tiempos pasados en los que era la norma.

Aunque el suministro se fue restableciendo progresivamente entrada la tarde-noche, el impacto del apagón fue notable, especialmente entre las personas mayores y familias con niños pequeños.

Más allá de las molestias ocasionadas, el apagón dejó una imagen insólita que ha conmovido a las redes: vecinos de distintas edades y procedencias reunidos en plena calle, en silencio, escuchando la radio juntos. Una escena que recordó a otros tiempos y que, por unas horas, devolvió a los barceloneses un sentimiento de comunidad que parecía olvidado. Sin pantallas, sin prisas y sin conexión, lo que emergió fue la necesidad básica de estar informados… y acompañados.