Entrevista

Ramon Fontserè: «El gag de la Virgen del Rocío está hecho desde el poder»

El veterano actor se pone en la piel de Aristófanes en la nueva producción de Els Joglars que aterriza en Barcelona el próximo 3 de mayo

Ramon Fontserè se mete en la piel de un catedrático de universidad
Ramon Fontserè se mete en la piel de un catedrático de universidadPablo Lorente

Dentro de unas semanas llegará al Teatro Apolo de Barcelona la nueva producción de la compañía Els Joglars: «¡Qué salga Aristófanes!». Con esta obra, el grupo teatral creado por Albert Boadella, conmemora sus seis décadas al pie del año y con Ramon Fontserè como su director. El actor, protagonista de la nueva sátira de Joglars, habló ayer con este diario.

¿Qué se encontrará el público que se acerque al Teatro Apolo de Barcelona a partir del próximo 3 de mayo?

Creo que es un canto a la libertad en estos tiempos. Lo que contamos es la historia de un catedrático de clásicas que es destituido por los alumnos, por escraches, y acaba siendo internado en un centro de reeducación seudocultural por las secuelas que le provoca esto. Allí, su conocimiento y admiración por el mundo clásico le hace asumir por momentos el personaje de Aristófanes. Allí la realidad y la ficción se unen. El dramaturgo griego pasa a ser un modelo de libertad frente a una sociedad cada vez más repleta de tabús. De esta manera hablamos sobre quien es para nosotros un referente, sobre Aristófanes, el padre de la comedia. Gracias a él sabemos las costumbres de la sociedad griega de hace 2.500 años. Es el mayor elogio que se le puede hacer a un dramaturgo porque supo retratar esta sociedad, algo que nos ha llegado hasta el siglo XXI.

Habla de un canto a la libertad. ¿Cuál es el estado de salud de la libertad en estos tiempos?

Ahora las redes sociales creo que son el gran censor. Antes se identificaba al censor mientras que ahora lo puede ser cualquiera. Todo está minado. A veces, cuando te encuentras a gente tan sensible, ya no sabes qué te dirán a continuación. Esto es como una sociedad narcisista en la que lo que yo pienso y lo que yo opino es lo mejor, lo bueno y lo verdadero. Dudar ya polariza. Estás conmigo o contra mi. Eso es algo que apoyan mucho las redes sociales y que se amplía. Por eso reivindicamos a un hombre como Aristófanes en este espectáculo. Y es que ahora que hay tanta libertad no se puede hablar con espontaneidad. Ahora hay que vigilar todo lo que se dice.

Cuando habla de Aristófanes me acuerdo de uno de los personajes que usted ha interpretado como es Josep Pla en «La increíble historia del Doctor Floit y Mister Pla». El escritor podía ser espontáneo y políticamente incorrecto.

Sí, era muy políticamente incorrecto. Pla no era un buen catalán porque decía lo que pensaba, lo que lo hacía incómodo. Se ha vuelto a una caza de brujas, como en la época del senador McCarthy o como contaba Arthur Miller en «Las brujas de Salem».

Con todo esto que dice, cuando se empieza a perfilar un nuevo espectáculo, ¿hay autocensura?

Hombre, sí. Es algo que se piensa. Las obras de Els Joglars de los años ochenta y noventa ahora serían imposibles. Pienso en lo que hicimos para televisión como «Ya semos europeos», «Orden Especial», «Vaya día»... Eran unos años en los que no existían la autocensura. Tampoco había redes. El público quería otra cosa. Ahora todo es más finolis.

En los 80, Els Joglars protagonizó un polémico gag sobre el Barça y la Moreneta en TVE y que algunos han comparado estos días con el dedicado a la Virgen del Rocío en «Està passant» de TV3. ¿Está de acuerdo con la comparación?

Uno está hecho desde el poder mientras que el otro, el nuestro, no lo era. Nosotros hicimos ese gag en un momento concreto en el que se marcaba esa simbiosis con el Barça y Cataluña, además de que el Barça en ese tiempo jugaba bastante mal. Lo que hicimos era una cosa puntual que nos pidió Javier Gurruchaga para el programa «Viaje con nosotros».

¿No acepta, por tanto, la comparación?

No, no lo comparto, aunque no iré contra la libertad de expresión. Es un sketch que no me gusta. Ellos son bufones del poder.

¿Hay límites en el humor? ¿Se puede hacer sátira de todo?

Creo que sí, que se puede hacer sátira de todo. Depende de cómo se hace. El problema es cómo se hace, cómo hace Chaplin que sea genial «El gran dictador» y «Tiempos modernos». Luego está el código penal que marca si me van a enchironar o no. Hay unas leyes con las que sabes a lo que te arriesgas.

En estos días, Els Joglars están celebrando su aniversario. ¿Cómo se encuentra la compañía en estos momentos?

Aquí estamos todavía, aunque empezamos a tener unos años. Seguimos toreando en plena forma con verdadera pasión. Las ganas de hacer teatro no se me ha ido. Me gusta este juego y ritual que muere y nace continuamente. Es como las fallas. Y, algunas veces, esas noches son sublimes.