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Veolia

El saneamiento como pilar esencial de la salud de las personas

Veolia promueve iniciativas para favorecer la resiliencia de los sistemas de saneamiento

Ecofactoría BioSur de Granada Veolia

Desde 2013, Naciones Unidas conmemora cada 19 de noviembre el Día Mundial del Saneamiento para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia del acceso y la protección de esta necesidad básica ante desafíos como el aumento de la población, la creciente urbanización y la capacidad de resistencia de las infraestructuras frente al cambio climático.

La principal función del saneamiento es protegernos de las enfermedades y mantener limpio nuestro entorno. La falta de un saneamiento adecuado provoca que las aguas residuales contaminen el medio ambiente, especialmente en zonas densamente pobladas. Como consecuencia, 3.400 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, no tienen acceso a servicios de saneamiento gestionados de forma segura (OMS/Unicef, 2025).

La combinación de periodos prolongados de sequía con lluvias torrenciales, como las DANA, constituye un fenómeno característico de la nueva realidad definida por el calentamiento global. Esto pone a prueba la capacidad de resistencia de las infraestructuras encargadas de garantizar el correcto funcionamiento del ciclo integral del agua, así como la disponibilidad y la calidad de este recurso esencial.

Aunque en España los servicios de aguas urbanas mantienen unos estándares de calidad satisfactorios que mejoran año tras año, aún existen retos importantes en materia de saneamiento relacionados con la recogida y el tratamiento de aguas residuales, la regeneración y reutilización del agua y la necesidad de inversión para renovar infraestructuras con el fin de hacerlas más resilientes ante la emergencia climática.

Para responder a estos desafíos, Veolia, referente mundial en servicios medioambientales de agua, energía y residuos, cuenta con la capacidad operativa, el conocimiento experto y la tecnología consolidada para una gestión eficiente de los recursos hídricos y de las redes de saneamiento. Sus proyectos de referencia se basan en la economía circular y en alianzas público-privadas orientadas a avanzar hacia la transformación ecológica.

En el caso español, Veolia es la encargada de gestionar el suministro de agua para 13,5 millones de personas en más de 1.100 municipios, y lidera además la gestión de los servicios de depuración, tratando más del 25% del agua residual del país. Actualmente, la reutilización de aguas residuales representa aproximadamente el 14% del total de aguas tratadas por el grupo. Este compromiso se materializa a través del proyecto de las ecofactorías, un concepto innovador que transforma el modelo tradicional de depuradora en una infraestructura verde basada en la sinergia entre sostenibilidad y tecnología. Su objetivo es optimizar el funcionamiento de las plantas y evolucionar hacia un tratamiento de aguas residuales completamente circular.

Estas instalaciones permiten regenerar y reutilizar las aguas residuales mediante tratamientos avanzados para nuevos usos urbanos, agrícolas o industriales, como la limpieza de calles o el riego de zonas verdes y campos agrícolas. Además, posibilitan la valorización de los residuos, convirtiéndolos en recursos para otros procesos productivos, como biofertilizantes o biogás. Al mismo tiempo, reducen el consumo energético, incrementan la producción de energía verde y minimizan el impacto ambiental, promoviendo la renaturalización de las instalaciones y la preservación de la biodiversidad local. Entre los ejemplos más destacados se encuentran la Ecofactoría BioSur de Granada, una instalación autosuficiente que genera más energía de la que consume (hasta un 140%), reutilizando y valorizando casi la totalidad de sus recursos: agua o lodos, arenas y grasa como abono para agricultura y jardinería.

También sobresale el proyecto de la Ecofactoría del Baix Llobregat, cuya agua regenerada se emplea para mantener el caudal ecológico del río Llobregat, para regar los jardines, parques municipales y agrarios, o para inyectar en pozos de la zona con el fin de actuar como barrera contra la intrusión salina y mejorar la calidad del agua del acuífero.

Prevenir riesgos sanitarios

El análisis de las aguas residuales se ha convertido en una herramienta clave para anticiparse a los riesgos sanitarios, activar de manera temprana las medidas preventivas y aumentar la eficacia de las respuestas de salud pública.

En este contexto, la Agencia Ejecutiva Europea de Salud y Digital (HaDEA) suscribió en 2025 una serie de contratos marco, en el marco del programa EU4Health, para optimizar la monitorización de patógenos y contaminantes en aguas residuales. Este avance resulta crucial para establecer un sistema de alerta temprana a escala europea ante posibles pandemias futuras. Veolia lidera la parte de monitorización de este programa, centrada en la medición de contaminantes emergentes en muestras de aguas residuales no tratadas. En sus laboratorios de España, la compañía analizará hasta 500 muestras recogidas en diferentes ciudades europeas, sometiéndolas a más de 500 análisis exhaustivos destinados a detectar de forma temprana una amplia gama de contaminantes, virus, bacterias y residuos de medicamentos.

El proyecto está encabezado por Veolia en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Cetaqua (Centro Tecnológico del Agua de Veolia) y la Universidad de Santiago de Compostela.