
Prevención
La telemedicina reduce un 54% la mortalidad cardiovascular en pacientes con insuficiencia cardíaca
A raíz de los resultados de un estudio que demuestra que la telemonitorización y la teleintervención permiten disminuir un 70% los episodios de descompensación en personas con insuficiencia cardíaca, han desarrollado una aplicación para llevar a cabo ese seguimiento

La insuficiencia cardíaca, una enfermedad que es la expresión de la progresión de diversas patologías cardiovasculares en las que al final el corazón falla y es incapaz de bombear adecuadamente,tiene una incidencia que afecta a más del 2% de la población y es a día de hoy uno de los grandes retos para el sistema sanitario.
Y es que, tal y como pone de relieve el doctor Josep Comín-Colet, director del Área de Enfermedades del Corazón, director de Innovación, Investigación y Universidades de la Gerencia Hospitalaria de Bellvitge-Viladecans y director del grupo de investigación BIO-Heart del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y CIBERCV, "la insuficiencia cardíaca es muy común, sobre todo a medida que la edad avanza, y es la primera causa médica de ingreso hospitalario en los hospitales españoles"
"Es una enfermedad con un alto impacto en cuanto a recaída y utilización del recurso sanitario y además tiene una elevada tasa de mortalidad asociada y la calidad de vida de los pacientes se ve muy deteriorada", añade, para a continuación constatar que "solo en Cataluña, aproximadamente 1500 millones de euros se destinan a los costes asociados a la atención de esta enfermedad".
En cuanto al manejo y abordaje en el ámbito sanitario, como sucede en muchas enfermedades crónicas, "la insuficiencia cardíaca adolece de una atención muy reactiva, es decir que se actúa cuando el paciente ya presenta síntomas, cuando ya está empeorando o muchas veces cuando ya es tarde", tal y como pone de manifiesto Comin-Colet, quien sin embargo indica que "en muchos lugares de España ya se ha trabajado en programas integrados en atención primaria y hospital para dar una atención más proactiva y más efectiva".
"De hecho, cuando se han implantado esos programas se ha visto que son capaces de mejorar la mortalidad, la hospitalización y la calidad de vida de los pacientes", añade.
Mejorar con la telemedicina
Sin embargo, investigadores del Hospital de Bellvitge, de IDIBELL y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) decidieron poner en marcha un estudio pionero para comprobar si con sistemas que permiten atender remotamente al paciente es posible mejorar los resultados de estos programas, los cuales ya de por sí consiguen mejorar la atención al paciente con insuficiencia cardíaca.
Así, en el marco del estudio HERMes, desarrollado entre 2018 y 2022, se siguió a 506 pacientes hospitalizados por descompensación en diez centros españoles, a la mitad de los cuales se les aplicó el tratamiento convencional y con la otra mitad se usó una plataforma móvil de salud digital, la cual cuenta con "dos grandes componentes".
Por un lado, tal y como explica Comin-Clotet,"se hizo una telemonitorización diaria de algunos signos vitales del paciente como la tensión arterial, la frecuencia cardíaca o el peso diario, lo cual permite capturar cada día pequeños cambios de estas medidas que nos ofrecen la posibilidad de anticiparnos a la descompensación". "Así, cuando el sistema avisa al profesional del centro que un paciente está modificando alguno de estos parámetros de forma inadecuada, éste tiene capacidad para intervenir a tiempo y abortar una recaída".
"El segundo componente son herramientas de visita remota, ya sea videoconferencia o llamada telefónica, que nos permiten dar educación sanitaria para un mejor autocuidado y prevención de recaídas, así como modificar los tratamientos que previenen esas recaídas en pacientes con una mayor dificultad para desplazarse a los centros de salud", comenta el doctor, quien asegura que los resultados de este estudio han puesto de manifiesto que "esa telemonitorización y la teleintervención ofrecen una mejora adicional en cuanto a mortalidad y hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca respecto a los programas implementados en algunos centros".
En concreto, en el marco de este trabajo se comprobó que en el grupo de pacientes en los que se usó la telemedicina, se redujo el riesgo de nuevos eventos cardiovasculares, de hospitalizaciones y de reingresos del 41% en el grupo en seguimiento convencional al 17%. En la misma línea, los episodios de descompensación disminuyeron un 70% y la mortalidad, un 54%.

Una herramientas proactiva
A raíz de los buenos resultados cosechados en el marco del estudio HERMes, se impulsó el proyecto EOSS, desarrollado por la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Comunitaria de Bellvitge, con la participación de la Gerencia de Atención Primaria y Comunitaria (GaPiC) Delta, en el contexto del cual se ha creado una aplicación móvil que permite desplegar esa telemedicina en el abordaje de esta patología.
Mediante esta herramienta, los pacientes envían datos biomédicos relativos a su salud y las respuestas a un cuestionario sobre su estado físico y, gracias a la integración con el sistema clínico SAP, esa información llega a los profesionales que llevan a cabo el seguimiento, quienes, ante la alerta del usuario, pueden intervenir, modificando, por ejemplo, el tratamiento para prevenir complicaciones.
En definitiva, esta aplicación es una herramienta que permite "pasar de la reacción a la proactividad, detectando descompensaciones antes de que éstas sean graves", indica el doctor, quien señala que estaría indicada para "pacientes que, en algún momento del curso de la enfermedad, se encuentran en mayor riesgo".
Mediante este dispositivo y tras una intervención médica, "se podrían detectar las descompensaciones y estabilizar al paciente para, a continuación, desintensificar" esa telemonitorización.
En la actualidad, esta herramienta ya se está probando en pacientes que han estado ingresados en Cardiología del Hospital de Bellvitge y en el EAP Sant Josep de la GAPiC Delta, pero, como avanza Comin-Colet, "eventualmente se extenderá a todo el sistema sanitario, al menos, eso sería lo deseable".
Además, con la aplicación de la Inteligencia Artificial, este tecnología podría llegar a permitir, incluso, la automatización de muchas decisiones médicas. "Con los datos de pacientes que acumulamos, podríamos enseñarle patrones que permitan anticipar la descompensación, modelos predictivos basado en IA que abrirían las puertas al ajuste de los tratamientos de forma automatizada", destaca el investigador.
Si finalmente ello sucediera, los profesionales contarían con una herramienta que les ayudaría a la hora de tomar decisiones terapéuticas, las cuales serían además totalmente personalizadas, y, paralelamente, favorecería la sostenibilidad al sistema sanitario.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

El "no" por respuesta