
Alimentación
“Advertencia: puede causar cáncer”: el sello que algunos científicos británicos quieren ver en el bacon
Científicos del Reino Unido exigen que el beicon y el jamón lleven advertencias sanitarias al situarlos la OMS en la misma categoría de riesgo cancerígeno que el tabaco

La industria cárnica defiende que son esenciales para la seguridad alimentaria, un argumento que esgrimen para justificar el uso generalizado de nitritos en productos tan cotidianos como el beicon o el jamón. Según los productores, estos aditivos son una barrera indispensable contra patógenos peligrosos, previniendo intoxicaciones tan graves como el botulismo y garantizando así la protección del consumidor. Sin embargo, este pilar de la producción de embutidos se encuentra ahora en el centro de un intenso debate en el Reino Unido.
De hecho, un colectivo formado por científicos y parlamentarios británicos ha decidido plantar cara a esta práctica. Su propuesta es contundente: exigen advertencias sanitarias directas en los envases de estos alimentos, al estilo de las que ya se ven en las cajetillas de tabaco. El objetivo es informar con claridad a los consumidores sobre la relación demostrada entre el consumo de carnes procesadas y el desarrollo de distintos tipos de cáncer.
En este sentido, la campaña no se basa en conjeturas, sino en evidencias científicas consolidadas. La Organización Mundial de la Salud ya zanjó el debate en 2015 al clasificar la carne procesada como un carcinógeno del Grupo 1, situándola al mismo nivel que el tabaco o el amianto. El problema, tal y como informa el medio ScienceAlert, radica en que los nitritos ingeridos pueden convertirse en el cuerpo en nitrosaminas, unos compuestos con capacidad para dañar el ADN celular y que se vinculan directamente con tumores de colon, mama y próstata.
Una brecha regulatoria con consecuencias sanitarias
Asimismo, la polémica adquiere una dimensión política tras el Brexit, pues pone de manifiesto una notable divergencia con Bruselas. Mientras la Unión Europea ha legislado recientemente para reducir los niveles permitidos de nitritos en los alimentos, el gobierno británico no ha seguido el mismo camino, dejando a sus ciudadanos más expuestos. Las cifras son alarmantes: se calcula que la ingesta de estos aditivos podría estar detrás de unos 54.000 casos de cáncer colorrectal en el Reino Unido durante la última década.
No obstante, los impulsores de esta iniciativa insisten en que la industria se escuda en un falso dilema entre seguridad y salud. Afirman que existen alternativas seguras y viables para la conservación de estos productos, y la prueba está en el propio mercado. Numerosos productores en la Europa continental ya comercializan a gran escala carnes curadas sin nitritos, sin que se haya registrado un solo brote de intoxicación asociado, demostrando que es posible producir de una manera diferente.
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