Astronomía
La anomalía cósmica que lo cambia todo: hallan una estructura "imposible" en los confines del universo
La colaboración entre astrónomos y científicos ciudadanos desvela el círculo de radio más potente y distante conocido, una colosal estructura cósmica con dos anillos que nos llega desde la mitad de la historia del universo
A veces, los mayores descubrimientos del cosmos no llegan desde un observatorio profesional, sino desde la pantalla de un ordenador en casa. Un equipo internacional de astrónomos ha confirmado el hallazgo del círculo de radio anómalo (ORC, por sus siglas en inglés) más distante y potente jamás observado, pero la verdadera noticia es quién dio la voz de alarma: un grupo de voluntarios. Gracias al proyecto de ciencia ciudadana RAD@home, fueron estos entusiastas quienes, analizando datos del radiotelescopio europeo LOFAR, localizaron lo que ahora es un hito para la astronomía colaborativa.
Y el hallazgo no es para menos. El objeto, bautizado como RAD J131346.9+500320, es un gigantesco y fantasmal anillo de emisión de radio que envuelve una lejana galaxia. Su luz ha estado viajando desde la mitad de la edad del universo para llegar hasta nosotros, lo que lo convierte en un vestigio de épocas cósmicas remotas. Estos fenómenos, invisibles al ojo humano, continúan siendo uno de los grandes misterios para la ciencia desde que fueron descubiertos hace apenas unos años. Este tipo de hallazgos se suma a otras enigmáticas señales cósmicas, como las ráfagas de radio desconocidas que también desafían la comprensión actual del universo.
Pero la rareza de este objeto no termina ahí. A diferencia de otros círculos de radio conocidos, presenta una característica excepcionalmente insólita: está formado por dos anillos que se cruzan entre sí, una configuración que desafía las explicaciones actuales, tal y como han publicado en ScienceDaily. Este doble aro sugiere procesos de formación mucho más complejos de lo que se había teorizado hasta ahora para estas colosales estructuras. Esta peculiaridad se inscribe en una serie de observaciones recientes que sugieren que algo muy raro está pasando en el universo y que pone a prueba los modelos cosmológicos.
Supervientos galácticos y agujeros negros como posibles arquitectos
De hecho, el estudio propone una nueva teoría para dar sentido a este anillo doble. Los investigadores sugieren que podría ser el resultado de los llamados «supervientos», unos violentos flujos de gas y energía expulsados desde el centro de la galaxia anfitriona. Al expandirse por el espacio intergaláctico a velocidades enormes, estos vientos podrían estar creando gigantescas burbujas de emisión de radio, cuyo aspecto anillado sería una consecuencia de cómo las observamos desde la Tierra.
Por otro lado, el mismo proyecto de investigación ha identificado otras dos estructuras cósmicas gigantescas con anillos de radio, aunque en estos casos su origen parece distinto. Todo apunta a que fueron formadas por chorros de plasma de agujeros negros supermasivos. Sin embargo, un hilo conductor une los tres hallazgos: todos residen en el interior de cúmulos de galaxias, entornos de enorme actividad cósmica. Esta coincidencia refuerza la idea de que la densa vecindad de estos cúmulos es un factor clave en la génesis de estos fenómenos. La inmensa energía liberada por estos gigantes cósmicos es uno de los fenómenos más estudiados, hasta el punto de que la ciencia ya ha confirmado si es teóricamente posible fabricar una bomba que cree un agujero negro.
De cara al futuro, la comunidad científica espera que este sea solo el comienzo. Con la llegada de la próxima generación de observatorios, como el revolucionario Square Kilometre Array (SKA), los astrónomos confían en detectar cientos o incluso miles de estos enigmáticos objetos. Se abrirá así una nueva era para desentrañar los misterios del cosmos y comprender mejor los procesos energéticos que dan forma a las galaxias.