Comunidad científica
Un científico de la NASA sorprende al mundo con esta afirmación: "Ningún astronauta ha salido de la atmósfera de la Tierra"
El experto agregó una explicación lógica sobre esta declaración y el origen tiene que ver con la densidad de la atmósfera
Desde tiempos remotos, el espacio ha sido un terreno fértil para mitos y leyendas que intentan explicar lo desconocido. En la actualidad, estos relatos han evolucionado en teorías conspirativas que cuestionan descubrimientos científicos ampliamente respaldados por la evidencia, como la llegada del ser humano a la Luna o la existencia de agujeros negros. Aunque la ciencia ha logrado desentrañar numerosos secretos del universo a través de la observación empírica, la experimentación y los modelos teóricos, todavía persiste una narrativa paralela que pone en duda el conocimiento establecido. Estas conspiraciones, reflejan tanto la fascinación humana por lo inexplicable como la dificultad para separar la especulación de la verdad validada.
Sin embargo, la contraparte del ojo científico también resulta beneficiosa para el mismo, pues ejerce sobre él un ejercicio de reconsideración y reformulación que evoluciona y consolidad las hipótesis explicadas. De esta manera, durante los últimos días, las palabras de un científico de la NASA revolucionaron el debate público por la extrañez de su naturaleza. Sin embargo, detrás de todo existe una explicación que da sentido a todo lo mencionado. "Ningún astronauta en la historia ha dejado la atmósfera de la Tierra", explica, Doug Rowland, experto en heliofísica de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio. Si bien podrían parecer unas declaraciones de un foro de Internet, la realidad es que estas palabras son obra del científico que, para el entendimiento del público, asegura que todo depende del límite del comienzo del espacio exterior.
¿El ser humano no ha salido de la atmósfera?
En realidad, la clave esta en la densidad de la capa atmosférica y en su finitud. Tal y como expuso Rowland en el canal oficial de la NASA, la atmósfera no cuenta con una finalización disruptiva en un punto concreto sino que la distancia hace que se disipe, convirtiéndose en una cobertura cada vez más delgada. Por ende, su fin es relativo y está sujeto a la consideración científica de cada profesional. En el fragmento audiovisual, el especialista en heliofísica agrega lo siguiente: "La atmósfera no se detiene sobre nuestras cabezas, ni en la cima del Everest, ni donde vuelan los aviones, sino que continúa hasta alturas inimaginables".
Asimismo, también informa sobre la situación de la Estación Espacial Internacional en lo relativo a este tema. A la altura en la que se encuentra la estación todavía hay una masa de aire suficiente para ralentizar su inercia. "Si no recibiéramos impulsos periódicos de los cohetes, la estación acabaría cayendo por el rozamiento, basado en la resistencia del aire, como cuando estamos conduciendo un coche", recalca. En este contexto, pese a que no hay oxígeno como para poder respirar, afirma que todavía hay demasiada atmósfera como para hacerlo "interesante". Esta variable explica muchas de las concepciones que hasta el momento se tenían como seguras, pero no eran conocidas por un público menos conocedor de la materia.
En este sentido, la atmósfera solar, que abarca muchos más kilómetros que la propia, abarca la superficie de la Tierra y el volumen de la Luna. "Pasas de la atmósfera terrestre a la solar y solo al alcanzar la heliopausa abandonas ese entorno", incida respecto a la no diferenciación del inicio de una y el fin de la otra.
¿Dónde termina la atmósfera terrestre?
La ciencia es la disciplina donde, al resolver una cuestión tras años de estudio. aparecen tres diferentes que nunca uno se había llegado a plantear. Para dar una contestación fiable y coherente respecto a esta pregunta, dabe diferenciar dos criterios distintos. Por un lado, en materia de legislación y a la vista de ejercer tratados internacionales, la atmósfera se encuentra contenida en la llamada línea de Kármán, es decir, un total de 100 kilómetros de altitud. Por el contrario, según los parámetros antes mencionados, a esa distancia de la Tierra todavía existen sustancias atmosféricas que denontan su presencia.
Por otro lado, estudios como el publicado por la Agencia Espacial Europea, indican que "la capa de gas que envuelve la Tierra tiene un radio de 630.000 km, 50 veces el diámetro de nuestro planeta". Es así como la Luna también orbita dentro de la atmósfera terrestre. En el preciso lugar en el que la atmósfera llega al vacío exterior hay una nube de átomos de hidrógeno denominada “geocorona”, lo que extiende la capacidad atmosférica en una cantidad de kilómetros superior. “En la Tierra lo llamaríamos vacío, así que esta fuente de hidrógeno extra no suficiente como para facilitar la exploración espacial”, añade Igor Baliukin, autor principal del artículo.