Neurociencia

Encuentran niños con alteración cerebrales relevantes y se debe al cambio climático

Un estudio publicado en PLOS One ha encontrado un crecimiento significativo de los ganglios basales de 11 niños gestados durante el huracán Sandy

El responsable de investigación en neuroimagen prepara el escáner de resonancia magnética para un estudio de imágenes cerebrales en niños
El responsable de investigación en neuroimagen prepara el escáner de resonancia magnética para un estudio de imágenes cerebrales en niñosRebecca M. Lee y Abid Fahim, CC0 (https://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/), utilizando imágenes de kalhh (https://pixabay.com/photos/head-magnetic-resonance-imaging-mrt-254866/ y https://pixabay.com/photos/head-magnetic-resonance-imaging-mrt-254863/), Pixabay, CC0 (https://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/).Eurekalert

Mientras Trump se esfuerza en cercenar toda investigación relacionada con el cambio climático, las universidades de su país siguen publicando resultados serios, alertando sobre la importancia de la crisis climática y su impacto en la salud de las personas y, en especial, de los estadounidenses. La revista PLOS One, por ejemplo, acaba de anunciar una investigación de la Universidad de Nueva York según la cual, el cambio climático puede afectar al cerebro de los bebés cuando todavía están en el vientre materno. En concreto, estudian los efectos que tuvo el famoso huracán Sandy cuando, en octubre de 2012, recorrió el Caribe y la costa este de Estados Unidos.

Y es que ya hace años que los osos polares no protagonizan las campañas contra el cambio climático. La pérdida de biodiversidad es una de las consecuencias más calamitosas de este calentamiento global que vivimos, en los polos, en el Mediterráneo y en todo el mundo. Sin embargo, inundación de las costas, las catástrofes naturales, las hambrunas, la expansión de enfermedades tropicales y un largo etcétera más antropocéntrico han atraído la atención de los focos. Sabemos que con el cambio climático están aumentando las enfermedades renales y cardiacas, pero este estudio amplía los motivos de preocupación médicos al cerebro y, por si fuera poco, el cerebro de los nonatos.

No es solo calor

Habrá quien lea la nota de prensa y justifique su negacionismo climático con la siguiente frase: “por sí solo, el calor extremo no estaba asociado con diferencias significativas en el volumen de los ganglios basales”. Y es cierto, según el estudio de la Universidad de Nueva York, no hubo diferencias cerebrales que pudieran atribuir exclusivamente a las temperaturas extremas (días con más de 35 grados de máxima). Sin embargo, ese “por sí solo” es clave, porque cuando el calor extremo se presentaba con un evento extremo (como el huracán Sandy), el efecto del estrés en el cerebro parecía amplificarse. Y, dado que eventos meteorológicos extremos como el huracán Sandy serán más frecuentes a medida que se complique el cambio climático, sí podemos decir que, según este estudio, el cambio climático parece estar alterando el cerebro de las nuevas generaciones.

De hecho, en palabras del estudiante de doctorado en Psicología de la Universidad de Nueva York y coautor del estudio, Donato Delngeniis, "estamos viendo cómo el cambio climático puede estar remodelando los cerebros de la próxima generación antes de que incluso den su primer aliento. […] Los cerebros de estos niños llevan cicatrices invisibles de desastres climáticos que nunca experimentaron personalmente." Ahora bien… ¿Cómo de sólido es este estudio? Teóricamente, tiene sentido que las catástrofes naturales en mujeres gestantes afecten al desarrollo cerebral de los fetos, debido a la liberación de determinadas sustancias relacionadas con el estrés. Sin embargo, el estudio tiene limitaciones relevantes.

Toda la atención

Partamos de una afirmación bastante indiscutible: dado que hablamos de la salud de una nueva generación, estos resultados deberían captar nuestra atención y harán falta más estudios para confirmar el posible impacto del cambio climático en el cerebro de los niños. Dicho eso, también es cierto que el estudio solo ha analizado apenas a 34 niños de ocho años, 11 de los cuales se encontraban en zonas afectadas por el huracán cuando eran fetos. El número de sujetos estudiados es muy bajo y los resultados tendrán que ser reforzados con futuros estudios que analicen más casos similares.

En concreto, los investigadores han encontrado un aumento del tamaño de los ganglios basales, estructuras que se encuentran en lo profundo del cerebro, que contribuyen estrechamente al procesado de emociones, el control del movimiento, etc. Concretamente, los investigadores han detectado un notable aumento del volumen en el putamen y el globo pálido de ambos hemisferios cerebrales, así como el núcleo caudado derecho. Sin embargo, en el mejor de los casos podemos afirmar que esto es una consecuencia anatómica del huracán Sandy, pero no podemos deducir que este cambio en las estructuras cerebrales vaya a tener consecuencias relevantes en los niños. De hecho, por ahora no se han encontrado alteraciones de la conducta.

Así que, cuando Dobnato Delngeniis dice que “los aumentos de volumen podrían derivar en trastornos conductuales futuros" hace bien en incluir “podrían”, porque también podrían no tener esas consecuencias conductuales. Habrá que analizar más casos y seguir estudiando la evolución de estos niños pero, una vez más, hemos visto que las consecuencias del cambio climático nos apelan directamente a nosotros como individuos, incluso antes de nacer.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • En realidad, los estudios que incluyen resonancias magnéticas cerebrales suelen contar con una cantidad de sujetos mucho menor que otros. El motivo es múltiple, pero su alto coste, las limitaciones de tiempo y de equipo humano suelen ser las principales restricciones. Esto significa que el estudio es valioso y el número de sujetos no se debe entender como una mala praxis. En cualquier caso, harán falta más estudios para confirmar los resultados.

REFERENCIAS (MLA):

  • DeIngeniis, Donato, et al. "Prenatal Exposure to Extreme Ambient Heat May Amplify the Adverse Impact of Superstorm Sandy on Basal Ganglia Volume Among School-Aged Children."PLOS One, vol. 20, no. 6, 11 June 2025, p. e0324150, doi:10.1371/journal.pone.0324150.