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Catástrofes

Estas ciudades costeras españolas tienen los días contados por la subida del nivel del mar

Muchos expertos coinciden en que las medidas actuales son insuficientes o llegan tarde

Estas ciudades costeras españolas tienen los días contados por la subida del nivel del mar La Razón

España, con más de 8.000 kilómetros de litoral, se encuentra en la primera línea de una amenaza climática creciente: la subida del nivel del mar. Lejos de ser una predicción lejana, los últimos informes científicos, incluyendo el del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), advierten que este fenómeno ya está en marcha, y podría afectar a miles de viviendas, infraestructuras críticas y a sectores económicos clave como el turismo en las próximas décadas.

El mar avanza: ¿qué está ocurriendo?

El aumento del nivel del mar es consecuencia directa del cambio climático.

Dos factores lo impulsan principalmente:

  • La expansión térmica del agua oceánica debido al aumento de las temperaturas.
  • El deshielo de los polos y glaciares, especialmente en Groenlandia y la Antártida.

Incluso en un escenario optimista (el denominado SSP1‑1.9), se estima que el nivel del mar aumentará entre 20 y 26 cm antes de 2050, lo suficiente como para que las olas lleguen hasta 30 metros más tierra adentro. En un escenario más pesimista, las cifras pueden superar los 50 cm en 2100, y la situación sería difícilmente reversible.

Ciudades en peligroA. CruzLa Razón

Ciudades costeras en riesgo

Algunas de las zonas urbanas y tramos costeros españoles más amenazados, según datos del IPCC, Greenpeace y estudios publicados en 2024 y 2025 son:

1. Santa Cruz de Tenerife

Las proyecciones indican una subida de 26 cm para 2050. Esta ciudad insular enfrenta un doble riesgo: erosión costera acelerada y mayor vulnerabilidad ante fenómenos extremos como temporales o tsunamis. Además, el retroceso de las playas podría tener un impacto económico directo sobre el turismo.

2. Barcelona (Barceloneta)

La playa urbana más icónica de la ciudad podría desaparecer parcialmente antes de 2080. Las proyecciones sugieren una subida del mar de entre 24 y 39 cm. Ya se han observado pérdidas de arena y se esperan mayores inundaciones si no se toman medidas de contención.

3. Cádiz y Huelva

El golfo de Cádiz es uno de los puntos más vulnerables del litoral andaluz. Zonas como Sanlúcar, Rota, Costa Ballena o Chipiona podrían experimentar retrocesos de decenas de metros. En Huelva, municipios como Lepe ya han perdido gran parte de sus playas. El informe de Greenpeace de 2024 señala que hasta el 50 % del litoral andaluz podría estar en riesgo de desaparición parcial.

4. La Coruña y Santander

En el norte peninsular, los temporales se han vuelto más intensos y frecuentes. La combinación con una subida del mar cercana a los 40 cm en 2080 supondrá un riesgo de inundaciones frecuentes en el casco urbano y los puertos, además de un fuerte impacto sobre los ecosistemas costeros.

5. Montgat (Cataluña)

Este pequeño municipio cercano a Barcelona es el ejemplo más gráfico del impacto del mar. En menos de 10 años ha perdido casi la totalidad de sus playas debido a la erosión marina. Ya se preparan medidas de emergencia como espigones sumergidos y reubicación de servicios.

6. Comunidad Valenciana y Murcia

Municipios como Torrevieja, Santa Pola o Cartagena también se enfrentan a un futuro incierto. En estas zonas se combinan el aumento del nivel del mar con lluvias torrenciales (DANAs) cada vez más destructivas. Según estudios recientes, decenas de miles de viviendas se encuentran en riesgo de inundación para mediados de siglo.

¿Qué se está haciendo (y qué falta por hacer)?

España cuenta con una legislación específica sobre costas, pero muchos expertos coinciden en que las medidas actuales son insuficientes o llegan tarde.

Frente al avance imparable del mar, las soluciones basadas en la naturaleza se presentan como una de las estrategias más eficaces y sostenibles para proteger nuestras costas. Estas medidas no solo ayudan a frenar la erosión y mitigar el impacto del cambio climático, sino que también favorecen la conservación de la biodiversidad.

Una de las principales acciones es la restauración de dunas, marismas y humedales, que actúan como amortiguadores naturales frente a temporales e inundaciones. Estos ecosistemas, además, contribuyen a absorber CO₂ y a estabilizar los sedimentos costeros.

Un ejemplo destacado se encuentra en Islantilla (Huelva), donde se respetó el sistema dunar y el paseo marítimo se construyó detrás del cordón natural. Gracias a ello, esta playa resistió los embates de los temporales Emma y Gisele sin daños significativos, al contrario que otras zonas cercanas que no contaban con esa protección natural.

Pero además de la recuperación de ecosistemas, es imprescindible avanzar en la infraestructura y planificación urbana adaptativa.

Entre las medidas clave destacan:

  • La construcción de diques, espigones y otras estructuras defensivas, diseñadas para contener la erosión y prevenir inundaciones.
  • La revisión del planeamiento urbanístico, limitando nuevas edificaciones en áreas vulnerables o de alto riesgo.
  • La actualización de la Ley de Costas, ampliando las zonas protegidas frente al mar y reduciendo la ocupación humana en primera línea de playa.

Estas acciones, coordinadas y sostenidas en el tiempo, son esenciales para lograr una costa más resiliente y preparada ante los efectos del cambio climático.