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Física

El fenómeno cuántico que podría acabar con el universo sin previo aviso

El universo que conocemos podría no ser tan estable como pensamos. Existe una teoría científica que plantea la posibilidad de que todo desaparezca de forma instantánea

El fenómeno cuántico que podría acabar con el universo sin previo aviso ESO/M. KornmesserESO/M. Kornmesser

Durante siglos, la humanidad ha reflexionado sobre cómo podría acabar el universo. Desde profecías apocalípticas hasta teorías científicas como la muerte térmica o el Big Crunch, las ideas han sido tan variadas como inquietantes. Sin embargo, una de las teorías más desconocidas —y potencialmente más aterradoras— es la llamada desintegración del vacío. A diferencia de otras hipótesis, esta propone que el universo podría destruirse de forma súbita, en cualquier instante, y a la velocidad de la luz.

¿Qué es la desintegración del vacío?

El concepto proviene de la teoría cuántica de campos, especialmente del estudio del campo de Higgs, que permea todo el universo. Este campo es el responsable de conferir masa a las partículas, y su estabilidad es fundamental para el equilibrio de la realidad tal y como la conocemos.

Pero, ¿qué pasa si ese equilibrio es sólo aparente? Según los físicos, nuestro universo podría estar en lo que se llama un falso vacío: un estado aparentemente estable, pero que no representa la energía más baja posible del campo de Higgs. Si existe un "vacío verdadero" con menor energía, el universo podría, en cualquier momento, hacer la transición de uno a otro. Este cambio liberaría una cantidad inmensa de energía y modificaría las leyes físicas fundamentales.

¿Cómo sucedería esta catástrofe?

La transición del falso al verdadero vacío podría ser iniciada por una fluctuación cuántica aleatoria o una partícula de energía extremadamente alta. Esto generaría una especie de burbuja de vacío verdadero que empezaría a expandirse a la velocidad de la luz. Todo lo que se encuentre dentro de esa burbuja sería destruido instantáneamente: materia, energía, espacio, tiempo y las leyes físicas que conocemos.

Lo más desconcertante es que no podríamos ver venir esta burbuja de destrucción. Al desplazarse a la velocidad de la luz, alcanzaría cualquier punto sin previo aviso. No sentiríamos dolor ni alarma, simplemente dejaríamos de existir.

¿En qué se basa esta teoría?

La idea no es nueva. Físicos como Peter Higgs, Joseph Lykken o Stephen Hawking han advertido sobre esta posibilidad desde hace décadas. El descubrimiento del bosón de Higgs en 2012 en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), en Ginebra, confirmó la existencia del campo de Higgs y abrió la puerta a cálculos más precisos sobre la estabilidad del universo.

Estudios como los de Nima Arkani-Hamed, Savas Dimopoulos y Gia Dvali han explorado incluso la posibilidad de que nuevas dimensiones espaciales influyan en la estabilidad del campo de Higgs. Otros trabajos recientes, como el de Daniel G. Figueroa y Christian T. Byrnes, analizan cómo este campo pudo estar implicado en el Big Bang, lo que refuerza su papel central en el origen y posible final del universo.

¿Es probable que ocurra pronto?

A pesar de lo dramático de la teoría, los científicos coinciden en que es altamente improbable que esta transición ocurra en un futuro cercano. Las probabilidades, aunque reales, son ínfimas. Según los cálculos más conservadores, el universo podría mantenerse en este estado metaestable durante billones de años.

Eso no quita que, en teoría, podría haber ocurrido ya en alguna región lejana del universo. Como la expansión de la burbuja de vacío verdadero sería invisible e instantánea, simplemente no nos habría alcanzado aún.

¿Y si pasa?

Si ocurriera, lo más probable es que nadie se entere. La transición cambiaría radicalmente la estructura del universo: nuevas leyes físicas, desaparición de la materia, y condiciones incompatibles con la vida tal y como la conocemos. Como explicaba Lykken en una charla de 2014: "Esto podría pasar dentro de mil millones de años... o la semana que viene".