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Espacio

Inauguran el telescopio más peligroso del planeta: así es TAO

El Observatorio Atacama de la Universidad de Tokio está a una altitud peligrosa para sus observadores y en un ambiente especialmente seco, pero esas son las claves

El Observatorio Atacama de la Universidad de Tokio (TAO) en la cumbre del Cerro Chajnantor. TAO ProjectEurekalert

Hemos construido telescopios de todos los tipos y formas, pero, en esa variedad, ha ocurrido algo atípico. A diferencia de la mayoría de las tecnologías, el telescopio se ha vuelto más voluminoso y peligroso con el paso de los tiempos. Los primeros se podían llevar encima con cierta facilidad y no eran tan distintos a un simple catalejo. Las lentes dieron paso a los espejos, pasando del telescopio refractor al reflector, pero aquello era solo el comienzo. Desde entonces se han desarrollado telescopios con antenas parabólicas grandes como valles y otros que se encuentran en el inclemente espacio, rodeados de nada. Sin embargo, hoy hemos batido un récord, pues hemos inaugurado el telescopio terrestre más peligroso: TAO.

El verdadero récord, en realidad, es otro. Porque nadie decide construir un telescopio en un lugar concreto por su peligrosidad. En este caso, el objetivo era construirlo en un lugar especialmente alto y seco, y así lo han hecho. Esas características aparentemente tan caprichosas, hacen que sus imágenes sean mucho menos definidas y que pueda captar mejor la radiación infrarroja media que proviene de “los entornos alrededor de estrellas, incluidas las regiones de formación de planetas", según declara el Profesor Takashi Miyata, director y gerente de la construcción del observatorio. Su construcción ha llevado 26 años, pero al fin está listo para cambiar nuestra mirada al cosmos.

Japón en pleno Chile

O, mejor dicho, está preparado para cambiar la visión que tiene japón del universo, porque Takashi Miyata también ha añadido que “nuestros astrónomos tendrán acceso inalterado a él durante períodos de tiempo prolongados” algo que puede sonar poco alineado con los valores estereotípicos de la ciencia, donde supuestamente no hay fronteras. No obstante, Miyata explica que ese acceso prolongado “es esencial para muchas nuevas formas de investigación astronómica que exploran fenómenos dinámicos imposibles de observar con observaciones poco frecuentes de telescopios compartidos”.

De hecho, las siglas de TAO corresponden a “Observatorio Atacama de la Universidad de Tokio”.Y ahí es donde encontramos otra de sus peculiaridades, porque si bien es de la Universidad de Tokio, no se encuentra en los alrededores de la ciudad, ni siquiera en una de las islas del archipiélago nipón. Está en pleno desierto de Atacama, en Chile. Se trata del lugar más árido del planeta si excluimos a los polos y el telescopio ha sido levantado en una de sus elevaciones, a 5.640 metros del nivel del mar, concretamente en la cumbre del Cerro Chajnantor.

Los peligros de TAO

Decíamos al principio que TAO es especialmente peligroso, porque la aridez del terreno y la elevación a la que se encuentran se suman para crear un ambiente especialmente hostil para el ser humano. Sin embargo, con un suministro de agua adecuado y con cierta adaptación a la altitud y pocos excesos físicos, TAO sería perfectamente seguro. En cualquier caso, es probable que te preguntes por qué construir el telescopio en un lugar así. ¿No quedan zonas más amables en la Tierra?

La respuesta es que la humedad de la atmósfera suele afectar a las observaciones astronómicas. Cuanta más agua, más se apantalla la radiación infrarroja y más complicado nos es observar a largas distancias en el cosmos. Por efecto de la relatividad, la luz que viene de lugares especialmente remotos se ha desplazado hacia la zona menos energética del espectro electromagnético, eso significa que lo que antes era luz visible, desde aquí parece infrarrojo. Por eso es tan importante optimizar nuestros telescopios para aprovechar tanta radiación infrarroja como puedan. Y, si la atmósfera húmeda lo apantalla, nos conviene que esté seca y, a ser posible, que sobre nosotros haya tan poca como sea posible. Si lo construimos como TAO en lugar de al nivel del mar nos quitamos 5640 metros de complicaciones.

Y, aunque con las medidas adecuadas TAO es perfectamente seguro, se espera que dentro de unos años pueda ser totalmente operado de forma remota. Esa posibilidad, sus instrumentos altamente sensibles, su altísima precisión y, por supuesto, su ubicación, hacen de TAO uno de los telescopios más interesantes de la actualidad. Y así lo dice el estudiante de postgrado Riko Senoo, “TAO está ubicado en una región remota a la que nunca podría visitar en la vida cotidiana, así que estoy ansioso por pasar tiempo allí”.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque las observaciones vayan a ser mayoritariamente de la Universidad de Tokio, habrá excepciones y, en cualquier caso, sus resultados nos beneficiarán a todos como sociedad.

REFERENCIAS (MLA):

  • TAO proyect (2024) https://www.ioa.s.u-tokyo.ac.jp/TAO/en/
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