Increíble descubrimiento: hallan más de 100 estructuras arqueológicas de los enigmáticos Chachapoya

La civilización Chachapoya, también conocida como el "pueblo del bosque nublado", se desarrolló entre los siglos VII y XVI en los Andes nororientales del Perú. Asentados entre 2000 y 3000 metros sobre el nivel del mar, construyeron sofisticados centros urbanos, plataformas ceremoniales, estructuras funerarias en acantilados y terrazas agrícolas, a menudo en entornos remotos y agrestes.

Su sociedad estaba compuesta por cacicazgos regionales que, sin embargo, compartían un lenguaje arquitectónico y artístico distintivo, como se refleja en sus singulares edificios circulares, frisos geométricos y entierros en acantilados profusamente decorados. Aunque resistieron la expansión inca, los Chachapoya finalmente se incorporaron al imperio a finales del siglo XV, justo antes de la llegada de los españoles.

Gran Pajatén, uno de los restos arqueológicos más enigmáticos y arquitectónicamente significativos de la civilización Chachapoya en la región peruana de San Martín fue descubierto en la década de 1960. Desde entonces se ha mantenido como uno de los sitios Chachapoya más notables que se conservan.

Los enigmáticos Chachapoya

El complejo incluye edificios ceremoniales decorados con mosaicos de piedra que representan figuras humanas, frisos en alto relieve y una imponente vista del bosque nuboso circundante. Si bien investigaciones anteriores revelaron varias estructuras prominentes, gran parte del sitio permaneció oculto bajo la densa vegetación, y su escala, función y cronología fueron objeto de constante especulación.

Ahora, la organización World Monuments Fund (WMF) ha anunciado un importante descubrimiento en Gran Pajatén.

Así, los investigadores han identificado y documentado más de 100 estructuras arqueológicas previamente desconocidas, superando ampliamente las 26 registradas por primera vez en la década de 1980. Esto marca un hito en nuestra comprensión de la organización del asentamiento Chachapoya, la arquitectura y la influencia regional. Los hallazgos son el resultado de una iniciativa liderada por la oficina de WMF en Perú entre 2022 y 2024 que combinó exploración, excavación, trabajos de conservación y técnicas avanzadas de documentación.

El complejo está ubicado dentro del Parque Nacional Río Abiseo , un sitio de Patrimonio Mundial Mixto de la UNESCO reconocido por su extraordinaria riqueza cultural y belleza natural.

Mediante tecnología avanzada, que incluye escaneo LiDAR aéreo y manual, fotogrametría, registro topográfico y análisis tecnomorfológico, WMF logró generar el mapa más detallado de Gran Pajatén hasta la fecha. Estos métodos no solo permitieron a los arqueólogos ver a través del dosel forestal, sino también un mapeo e interpretación de alta precisión de las técnicas de construcción, la distribución y la relación del sitio con el entorno natural, sin dañar el frágil paisaje ni sus restos arquitectónicos.

Las investigaciones arqueológicas han confirmado que la presencia de Chachapoyas en Gran Pajatén se remonta al siglo XIV, y el análisis de las capas de suelo sugiere un uso aún más temprano del sitio. Junto con el descubrimiento de una red cercana de caminos prehispánicos que conecta Gran Pajatén con otros sitios como La Playa, Papayas y Los Pinchudos, estos hallazgos respaldan una interpretación más amplia del complejo como parte de un territorio jerárquico y bien conectado.

“Este descubrimiento amplía radicalmente nuestra comprensión de Gran Pajatén y plantea nuevas preguntas sobre el papel del sitio en el mundo Chachapoya. La evidencia confirma que no se trata de un complejo aislado, sino de una red articulada de asentamientos prehispánicos de diferentes períodos”, ha explicado Juan Pablo de la Puente Brunke, director Ejecutivo de WMF en Perú.

“Lo que hace que este momento sea tan significativo no es solo la magnitud de lo descubierto, sino también cómo lo logramos”, declaró Bénédicte de Montlaur, presidenta y directora ejecutiva del Fondo Mundial de Monumentos. “Mediante el uso de tecnología avanzada, nuestro equipo logró recopilar documentación visual y científica extraordinaria que da vida al Gran Pajatén, preservando al mismo tiempo su delicado entorno. Aunque el sitio en sí permanece inaccesible para la mayoría, estas herramientas nos permitirán compartir sus historias ampliamente a través de una narrativa digital reflexiva e inmersiva”.