Arte

Llevaba 500 años oculto, pero el detalle secreto de una de las obras más importantes de Da Vinci ha quedado resuelto

El Hombre de Vitruvio podría no regirse por la Proporción Áurea como siempre se ha creído, pues un dentista londinense revela ahora la clave en un triángulo que desvela un principio matemático distinto y universal

El famoso autorretrato de Leonardo da Vinci
El famoso autorretrato de Leonardo da VinciLa Razón

Leonardo da Vinci no se conformaba con la belleza. Su obra más icónica, el Hombre de Vitruvio, podría ser la prueba de que su genialidad iba mucho más allá de la estética, llegando a intuir un principio fundamental del universo más de cuatrocientos años antes de que la ciencia le pusiera nombre. Una nueva investigación sugiere que el dibujo no representa la famosa Proporción Áurea, sino una ley geométrica mucho más profunda que gobierna la organización de la materia. Esta búsqueda de patrones universales resuena con descubrimientos actuales, donde los científicos investigan si algo está doblando las mayores estructuras astronómicas de nuestro cielo, sugiriendo leyes aún desconocidas.

De hecho, durante cinco siglos, los expertos han pasado por alto un secreto oculto a plena vista en la anatomía del dibujo. El estudio, impulsado por el odontólogo londinense Rory Mac Sweeney, se aleja de la interpretación clásica para centrarse en un pequeño triángulo equilátero que se forma en la entrepierna de la figura, un detalle que el propio Leonardo mencionó en sus notas personales y que ahora se revela como la pieza clave de este misterio.

La clave de todo está en las matemáticas. Al analizar la relación entre la base de ese triángulo y la altura del ombligo, el resultado es una proporción que se mueve entre 1,64 y 1,65. Este valor, aunque cercano, refuta la teoría tradicional de la Proporción Áurea, cuyo número es 1,618, abriendo la puerta a una reinterpretación completa del propósito que Da Vinci perseguía con su obra.

El código oculto en la anatomía renacentista

Por el contrario, el cálculo de Mac Sweeney se aproxima de manera asombrosa a otra constante matemática: la proporción tetraédrica, con un valor de 1,633. Este principio, que no se formuló oficialmente hasta 1917, describe la forma más eficiente de empaquetar esferas en un espacio tridimensional. Es la ley que dicta, según informa el medio ScienceAlert, cómo se apilan las naranjas en una frutería o cómo se organizan los átomos en ciertas estructuras cristalinas.

Curiosamente, la conexión de un dentista con este descubrimiento renacentista no es casual. La proporción tetraédrica es bien conocida en el campo de la odontología por su presencia en el «triángulo de Bonwill», una relación geométrica en la mandíbula humana que resulta fundamental para diseñar prótesis o planificar tratamientos de ortodoncia. Fue precisamente esta perspectiva profesional la que permitió a Mac Sweeney ver en el dibujo de Leonardo lo que a tantos historiadores del arte se les había escapado.