Evolución
Los mamíferos marinos que ya no podrán volver a tierra firme nunca más: ya no pueden caminar
Un estudio confirma que los delfines y las orcas nunca podrán regresar a la vida terrestre debido a cambios evolutivos irreversibles
Durante millones de años, algunos mamíferos terrestres se aventuraron en el agua y evolucionaron hasta convertirse en criaturas marinas. Sin embargo, una vez que estos animales cruzaron el umbral de la adaptación acuática, la posibilidad de volver a tierra firme se esfumó para siempre. Un estudio reciente, publicado en Proceedings of the Royal Society B, confirma que la transición de los cetáceos al océano es irreversible debido a grandes cambios morfológicos y genéticos que han ido sufriendo a través de los años.
El legado de los antepasados marinos
¿Y el legado de nuestros antepasados de corazón marino? Pues nada más y nada menos que hace aproximadamente 375 millones de años, los vertebrados comenzaron su éxodo del agua a la tierra. Sin embargo, algunos grupos de mamíferos decidieron desandar el camino hace 250 millones de años y retornaron a los océanos, dando lugar a la evolución de ballenas, delfines y otros cetáceos.
Este nuevo estudio, liderado por la investigadora Bruna Farina de la Universidad de Friburgo, analizó la evolución de los mamíferos acuáticos y confirmó que, una vez que alcanzan cierto punto de adaptación al medio marino, el regreso a la vida terrestre se vuelve prácticamente imposible.
Adaptaciones sin marcha atrás
El principio de la irreversibilidad evolutiva, conocido como la Ley de Dollo, establece que una vez que una especie ha perdido una característica compleja, es extremadamente improbable que la recupere. En el caso de los cetáceos, este concepto se aplica de manera evidente: sus cuerpos se han transformado completamente para la vida en el océano.
Los investigadores descubrieron que adaptaciones como la reducción de extremidades, la conversión de sus cuerpos en estructuras hidrodinámicas y el desarrollo de la ecolocalización han hecho que los delfines y las orcas dependan completamente del mar.
La trampa evolutiva del océano
Las ballenas y los delfines se han convertido en depredadores supremos de los océanos gracias a su gran inteligencia, su capacidad de comunicación avanzada y sus cuerpos optimizados para la natación. No obstante, esta especialización también los hace vulnerables a los cambios ambientales.
Según explica el coator del estudio, Virag Sharma, el tamaño corporal influye significativamente en su dependencia del agua. Las especies más grandes conservan mejor el calor en aguas frías, lo que refuerza su adaptación al medio marino y su imposibilidad de volver a la tierra.
Un futuro incierto en mares cambiantes
El cambio climático y la actividad humana están afectando gravemente a los océanos. El aumento de la temperatura del agua, la contaminación y la sobrepesca están poniendo a prueba la supervivencia de los cetáceos. A diferencia de los mamíferos semiacuáticos, que aún pueden refugiarse en la tierra, los delfines y las orcas no tienen esa opción. Su destino está atado a la salud de los océanos.
La investigación de Farina y su equipo no solo refuerza la teoría de la irreversibilidad evolutiva, sino que también subraya la necesidad de proteger los hábitats marinos para garantizar la supervivencia de estas criaturas que, hace millones de años, eligieron el océano como su hogar definitivo.