
3I/ATLAS
Por qué Avi Loeb, científico de Harvard, sigue empeñado en que el cometa 3I/ATLAS no es lo que parece
Mientras Loeb continúa defendiendo su visión de un posible mensajero artificial y otros expertos optan por interpretaciones más prudentes

El reconocido astrónomo de Harvard Avi Loeb ha generado controversia al afirmar que el cometa 3I/ATLAS, descubierto el 1 de julio de 2025 por el telescopio del proyecto ATLAS en Chile, podría ser en realidad una nave espacial alienígena que se desacelera al acercarse al Sol.
Desde su detección, este objeto -el tercer visitante interestelar conocido- ha despertado tanto fascinación como debate en la comunidad científica, debido a su trayectoria hiperbólica, su extraña composición y comportamientos poco comunes que lo diferencian de los cometas tradicionales.
3I/ATLAS viaja a una velocidad de 60 kilómetros por segundo, alcanzó su punto más cercano al Sol ayer 29 de octubre y pasará a su mínima distancia de la Tierra el 19 de diciembre, sin representar peligro alguno. Su órbita confirma que proviene de fuera del Sistema Solar, pero ciertos detalles de su trayectoria y actividad han dado pie a hipótesis más arriesgadas.
Las teorías de Avi Loeb
Loeb, famoso por su trabajo en el Proyecto Galileo y la Iniciativa Black Hole de Harvard, sostiene que la “anti-cola” del cometa -un chorro de material que apunta hacia el Sol, contrario a la dirección típica de las colas cometarias- podría ser un mecanismo de frenado artificial. Según el científico, este fenómeno podría indicar que el objeto está maniobrando, lo que reforzaría la idea de un origen tecnológico.
No es la primera vez que Loeb lanza teorías de este tipo: en 2019 propuso que ‘Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado, podría haber sido una sonda extraterrestre, y en 2023 vinculó esférulas metálicas encontradas en el Pacífico con otro cuerpo interestelar de posible fabricación artificial.
En el caso de 3I/ATLAS, Loeb y sus colaboradores, Adam Hibberd y Adam Crowl, afirman que las anomalías observadas —como su composición, comportamiento frente a la radiación solar y patrones orbitales— podrían apuntar a un origen tecnológico e incluso potencialmente hostil.
Un cometa "misterioso"
Las observaciones muestran que 3I/ATLAS contiene una mezcla poco habitual de dióxido de carbono, agua, trazas de cianuro y una aleación de níquel que no se encuentra naturalmente, sino que suele usarse en procesos de manufactura. Además, emite gases a grandes distancias del Sol -cuando los cometas comunes permanecen inactivos- y presenta una polarización de luz extrema, un rasgo sin precedentes entre objetos similares.
Su brillo cambiante y la variación de color también han llamado la atención: conforme se aproxima al Sol, su tonalidad se modifica, lo que sugiere transformaciones químicas dinámicas en su superficie.
Por otra parte, su órbita casi alineada con el plano de la eclíptica y su paso cercano por Venus, Marte y Júpiter hicieron que Loeb especulara sobre una posible trayectoria diseñada para facilitar el acceso al entorno terrestre.
“El objeto ha mostrado varias características anómalas y proponemos que podría tener un origen tecnológico y posiblemente hostil”, insistió Loeb en su blog.
La visión de otros expertos
Sin embargo, no todos los científicos comparten sus conclusiones. El astrofísico Xabier Pérez Couto, en diálogo con La Razón, subrayó que todas las evidencias apuntan a que 3I/ATLAS es un cometa natural, aunque originado en otro sistema planetario.
“Aunque hubo especulaciones, como la de un astrónomo de Harvard que sugirió que podría tratarse de un objeto alienígena, estas ideas carecen de evidencia científica. Aplicando el principio de parsimonia, existen explicaciones mucho más simples que justifican las observaciones sin recurrir a teorías extraordinarias”, agregó.
“Es importante considerar que hasta ahora solo se han observado tres cometas interestelares, por lo que la muestra es muy pequeña. A medida que la tecnología y los observatorios mejoren -como el futuro telescopio Vera Rubin, que se espera detecte alrededor de 1.000 objetos interestelares en los próximos años-, podremos comprender mejor si todos los cometas interestelares comparten características similares a Atlas”, concluyó el astrofísico.
El debate continua
A pesar de las posturas encontradas, el interés por 3I/ATLAS sigue creciendo. En las últimas semanas se ha convertido en uno de los temas más buscados en Google, especialmente en países de América Latina y Europa, impulsado por su espectacular visibilidad y el misterio que lo rodea.
Con su antigüedad estimada en 10.000 millones de años y su diámetro de unos 20 kilómetros, 3I/ATLAS se erige como una auténtica cápsula del tiempo cósmica, un fragmento del universo primitivo que ofrece una oportunidad única para estudiar los orígenes de los sistemas planetarios.
Mientras Loeb continúa defendiendo su visión de un posible mensajero artificial y otros expertos optan por interpretaciones más prudentes, el paso de este cometa demuestra, una vez más, que el cosmos sigue siendo un lugar lleno de enigmas que desafían nuestra comprensión.
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