Geología
Resuelto el enigma geofísico que lo cambia todo: el escudo que permitió la vida no se originó como creíamos
Resolver el misterio de cómo la Tierra primitiva generó su campo magnético era una de las grandes incógnitas de la geofísica. Un nuevo estudio basado en simulaciones del núcleo líquido del planeta ofrece ahora la clave
Durante miles de millones de años, la vida en la Tierra ha prosperado bajo un escudo invisible que la protege de la letal radiación cósmica. Sin este campo magnético, nuestro planeta sería un desierto estéril. Sin embargo, la explicación científica de su origen dejaba en el aire una pregunta fundamental, un rompecabezas geofísico de manual que ha traído de cabeza a los geofísicos durante décadas. Esta protección es fundamental para desviar la radiación de fenómenos extremos, como las violentas explosiones cósmicas que a veces se detectan en el universo.
De hecho, la teoría aceptada, conocida como la dinamo, sostiene que el campo se genera por la convección del hierro y el níquel líquidos del núcleo externo. Este proceso depende, en parte, de la existencia de un núcleo interno sólido que no se formó hasta hace unos mil millones de años, una fecha relativamente tardía en la historia de la Tierra. Si el núcleo sólido es un componente clave, ¿cómo pudo existir el campo magnético durante los eones previos a su formación?
Ahora, una investigación puntera parece haber resuelto el enigma. Un equipo de científicos ha logrado recrear mediante complejos modelos informáticos el núcleo terrestre primitivo, una época en la que era una esfera completamente líquida. Al simular las condiciones primitivas del planeta, han conseguido desvelar el mecanismo que mantuvo activo el escudo protector mucho antes de lo que se pensaba, tal y como han publicado en SciTechDaily.
El papel secundario de la viscosidad del núcleo
En este sentido, los resultados de la simulación han sido reveladores. El hallazgo principal es que la viscosidad del núcleo, una propiedad física que hasta ahora se consideraba relevante, en realidad juega un papel menor en la generación del campo magnético. La convección del metal líquido por sí sola era suficiente para poner en marcha la dinamo, incluso sin un núcleo sólido que impulsara el proceso.
La principal consecuencia de este descubrimiento es de una envergadura notable, ya que confirma que la vida en nuestro planeta estuvo protegida desde sus albores. Este escudo magnético primigenio fue, sin duda, un factor indispensable que permitió a las primeras formas de vida sobrevivir y evolucionar en un entorno cósmico hostil, garantizando un desarrollo continuo a lo largo de la historia geológica. Saber que un campo magnético puede generarse sin un núcleo sólido amplía enormemente los criterios de búsqueda de mundos habitables, como en el caso de un exoplaneta muy parecido a la Tierra cuyo misterio acaba de ser resuelto.
Asimismo, entender el origen y la dinámica de nuestro campo magnético no solo sirve para descifrar el pasado de la Tierra. Este conocimiento también abre nuevas vías para estudiar la evolución de otros planetas y su potencial para albergar vida, además de ayudarnos a predecir el futuro de nuestro propio escudo. No hay que olvidar que este campo es un fenómeno dinámico que ha llegado a invertir su polaridad en varias ocasiones, un comportamiento complejo que la ciencia sigue investigando con enorme interés.