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La agricultura valenciana pierde su fruta de verano

Las plagas y una meteorología muy adversa, han reducido la cosecha hasta ser casi “irrelevante”

La producción de cerezas es una de las más afectadas con pérdidas de hasta el 100 %
La producción de cerezas es una de las más afectadas con pérdidas de hasta el 100 %GOBIERNO DE ARAGÓNGOBIERNO DE ARAGÓN

La Unió de Llauradors ha denunciado este viernes que el sector de la fruta de verano en la Comunitat Valenciana puede llegar a ser “testimonial e irrelevante” por los descensos de cosecha y la baja rentabilidad, tras conocer los últimos datos arrojados por el Ministerio de Agricultura.

La asociación de agricultores ha explicado en un comunicado que la desfavorable meteorología en primavera, con lluvias persistentes y bajas temperaturas, así como un invierno sin frío, ha disminuido la cosecha, que se ha visto también afectada por la enfermedad de la ‘sharka’ en melocotoneros de la Vall de Albaida, en Valencia.

En concreto, la reducción de la producción de melocotón ha sido calificada como “alarmante” ya que aseguran que se ha perdido un 50 % de la producción respecto a la media del último lustro, mientras que otras frutas como el albaricoque, la ciruela o la cereza también han bajado.

El total de las frutas veraniegas cosechadas, con 25.000 toneladas totales, ha sido un 66 % más bajo que el pasado curso, siendo también las cerezas una de las más afectadas, con reducciones de hasta el 100 % en algunos casos concretos.

La Unió ha destacado que, aunque es consciente que la “sharka” no tiene la consideración de enfermedad de cuarentena en la Unión Europea, ya ha exigido a la Conselleria de Agricultura una acción “rápida y contundente”, al estar todavía al principio de la enfermedad, y que adopte un protocolo de actuación con medidas de detección.

De este modo, desde la asociación proponen detectar las posibles parcelas afectadas y medidas obligatorias y recomendaciones que garanticen la no dispersión del material vegetal contaminado, así como una línea presupuestaria que permita compensar los costes de arranque, la desinfección y la nueva plantación.

Así pues, la campaña de fruta ofrece un comportamiento negativo para productores, que aunque la hayan vendido bien y logrado un precio superior al de la pasada campaña, han notado un considerable incremento de los coste de producción.

“El descenso de cosecha, los pocos kilos y un precio en el campo no demasiado elevados han provocado ingresos ruinosos de nuevo para los agricultores que han absorbido todos los incrementos de los costes de producción”, han explicado desde La Unió.