Laura Mengó, que siga la revolución

Vaya por delante que estoy segura de que todas las candidatas a ser Fallera Mayor de València en 2023 merecían conformar la Corte de Honor. Muchas han llorado por no estar entre las 26 elegidas- 13 de la corte infantil y 13 de la mayor- y todavía hoy se preguntarán por qué no han sido ellas.

Soy consciente además, de que no son pocos los que reivindican que la elección de la que se entiende como máxima representante de las Fallas de València debe actualizarse, avanzar y huir de todo lo que puede levantar dudas sobre cómo se llega a alcanzar el pódium.

Con todo, he de reconocer que me gusta la elección. Laura Mengó es ya un símbolo para la sociedad y el mensaje que se transmite es bueno, muy bueno.

Laura es la primera fallera mayor de València con una discapacidad. De pequeña padeció una agenesia de tibia y peroné que le obliga a llevar una prótesis en una pierna. Tiene 25 años, es enfermera y es una laureada nadadora. Casi nada.

Por si los logros conseguidos a lo largo de su vida no fueran suficientes ahora ha abierto un camino nuevo a las Fallas. “Si se trata de romper barreras, adelante”, dijo en día de su proclamación.

Las fiestas josefinas dan un papel central a la mujer. Lo creo sinceramente, aunque muchos consideren que siguen en un plano secundario.

Son ellas- nosotras- las que lucen verdaderas piezas de artesanía en sus trajes, las que son las protagonistas en las comisiones y no como un elemento puramente estético.

Por supuesto, queda mucho por hacer, como en otros ámbitos de la sociedad, pero el hecho de que el jurado haya elegido a una mujer con una discapacidad creo que es una buena noticia.

Aleja a esta elección de esa especie de «concurso de misses» al que puede simplificarse este proceso y confío en que cada vez se valoran más aspectos que la belleza.

Que la revolución no se quede aquí, quedan más barreras por romper para que las Fallas sean cada vez más una fiesta para todos, que de eso se trata.