Opinión

Conchi perdió la sonrisa

Dicen que perder un hijo provoca un dolor tan inmenso y profundo que ni tan siquiera tiene nombre, en el sentido literal de la expresión

Arroz del senyoret
El arroz del senyoret es típico de AlicanteEl arte de un buen arroz, Héctor Medina (Zenith)

Conchi perdió la sonrisa el día en que falleció uno de sus cinco hijos. Valiente, luchadora y trabajadora incansable -y guapa, muy guapa- se refugió en los fogones del bar de Alicante, el bar Gravina, ubicado en la calle del mismo nombre, en el que cocina la mejor olleta de la ciudad. Ese que regentó con su marido durante 30 años, y que ahora dirige su hijo Álex.

Dicen que perder un hijo provoca un dolor tan inmenso y profundo que ni tan siquiera tiene nombre, en el sentido literal de la expresión. Porque no hay una palabra para definir lo indefinible, que uno hijo fallezca antes que sus progenitores. Que ambos o que uno de ellos. A sus 70 años, sigue visitando esa cocina, a otro ritmo, en la que sus recetas perviven en manos ahora de sus pupilos.

Ahora que Alicante tiene el cartel de Capital Gastronómica de España, un título que ostentará durante todo 2025, pienso en Conchi. Y en todas las mujeres y hombres, que han llevado los arroces de la provincia -en Alicante se come arroz, hay que recalcarlo una y otra vez- más allá de nuestras fronteras.

Sin duda, por encima de la etiqueta en cuestión, está el orgullo de una tierra que tiene en su gastronomía una de sus señas de identidad. Y un gran puntal que hace que, año tras año, y con eventos como Alicante Gastronómica, la cocina sea una razón para conocer la Comunidad Valenciana. Solo los afortunados que hemos crecido con un plato de arroz sobre la mesa a diario -caldero, a banda, con conejo y caracoles, con atún y cebolla, al horno- amamos ese plato tanto como a nuestra propia tierra.

Pues eso, que la playa es una delicia y un gran escaparate de la provincia y también lo son sus arroces, y todas las Conchis que hacen de la gastronomía una obra de arte. Con lágrimas y sin ellas.