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Emergencias

Cuando la discapacidad hace la emergencia doblemente peligrosa

Los Bomberos de Valencia reciben formación sobre el trato a la diversidad funcional en las catástrofes

El concejal de Bomberos, Juan Carlos Caballero (d) en una de las sesiones formativas La Razón

La dana de Valencia de 2024 ha puesto de manifiesto las debilidades del sistema a la hora de afrontar desastres naturales, cada vez más frecuentes y también, cada vez más virulentos. Y no solamente a la hora de afrontar la emergencia por la administración pública, cuya responsabilidad determinarán los tribunales, sino en las propias circunstancias vitales de una población que en la reciente dana registró 229 fallecimientos. Si a todo ello, le sumanos una discapacidad, las posibilidades de sobrevivir a una catástrofe natural se reducen exponencialmente.

Por ello, desde el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana (Cermi) han añadido a las pautas que ya están difundiendo el Ayuntamiento de Valencia en su intención de formar en emergencia a la población, la mirada de la diversidad funcional. Los bomberos de la capital ya han recibido la formación necesaria para concienciarse de ello.

Según un manual publicado por el Cermi, la gestión de emergencias y desastres naturales en la Comunidad Valenciana debe enmarcarse en un enfoque integral basado en los principios universales de derechos humanos, accesibilidad universal y justicia social.

Estos valores no solo son imperativos éticos, sino también obligaciones legales consagradas en el marco normativo internacional y nacional.

El objetivo es impulsar un modelo de gestión que no deje a nadie atrás, especialmente a las personas con discapacidad, quienes, junto a otros colectivos vulnerables como las personas mayores y quienes se encuentran en situación de dependencia, enfrentan barreras adicionales que complican su acceso a recursos esenciales, servicios de emergencia y mecanismos de protección.

Impacto emocional

Estas barreras no solo limitan su capacidad de respuesta, sino que también exacerban el impacto emocional, físico y social que sufren durante y después de un desastre.

Desde el Cermi hacen mucho hincapié en que es crucial entender que la accesibilidad universal no es solo un derecho, sino una herramienta transformadora que fortalece la resiliencia de las comunidades y optimiza la eficacia de las respuestas ante emergencias. Garantizar que las personas con discapacidad tengan acceso a los mismos recursos, información y oportunidades durante una crisis no es únicamente una cuestión de justicia social; también es una estrategia efectiva para mejorar la capacidad de respuesta general de la sociedad

Diseñar refugios y puntos de atención que cumplan con criterios de accesibilidad universal, garantizando que todas las personas, independientemente de sus limitaciones, puedan acceder y utilizar estos espacios o asegurar que la información sobre riesgos y emergencias sea accesible en múltiples formatos: lengua de signos, Braille, texto digital accesible y señalética adaptada o incorporar tecnologías innovadoras que faciliten la comunicación y la orientación de personas con discapacidad durante situaciones de emergencia.

Con todas estas pautas, desde el Cermi se recomienda los simulacros inclusivos como una herramienta clave para evaluar y mejorar la respuesta ante emergencias, algo que pronto se desarrollará en el cuerpo de Bomberos de la ciudad de Valencia.