DANA en la Comunidad Valenciana

"Cuando íbamos por el cuarto escalón un río entró en casa y se lo llevó todo"

Javi fue a ver a sus padres, en Catarroja, y vivió con ellos la peor pesadilla de su vida

CATARROJA (VALENCIA), 30/10/2024.- Vista general de varios vehículos dañados en Catarroja, tras las fuertes lluvias causadas por la DANA que han afectado a la Comunidad Valenciana. EFE/Raquel Segura
Destrozos tras el paso de la dana por la localidad de CatarrojaRaquel SeguraAgencia EFE

Catarroja, una de las localidades de la zona cero de la riada que ha arrasado la provincia de Valencia. Javi cerró el martes su fontanería sobre las 18:30 como siempre. Llamó a su mujer, con quien vive en Picanya junto a sus dos hijos de 10 y 8 años. "Mari, voy a ver a mis padres". Justo cuando llegó a su casa, empezaba a llegar el agua. Entró corriendo en casa de sus padres y les dijo que se metieran para dentro. Su padre, con la calma que caracteriza a las personas que han vivido casi de todo, le tranquilizó. "No te preocupes, esto ha pasado otras veces".

No, no había pasado nunca. Javi empezó a notar que el agua empujaba la puerta de entrada a la casa con mucha fuerza. Su padre le ayudaba a contenerla pero pronto se dio cuenta de que no iban a poder, era un río, tenía mucha más fuerza que ellos. Afortunadamente, los padres de Javi tienen una planta superior. "Papá, vamos para arriba, con esto no podemos".

"Cuando íbamos por el cuarto escalón vimos como un río entraba dentro de casa y se lo llevaba todo. Los sofás, los muebles... Todo. A partir de ahí lo vimos todo desde la planta de arriba. Vi pasar a un hombre subido al capó de un coche. Lo peor era no poder hacer nada".

Pasaron la noche a oscuras, mojados y escuchando gritos. Como en cualquier película de terror. Pero la pesadilla no había acabado. Al día siguiente contemplaron con asombro que seguían vivos. Pero la madre de Javi olía a quemado. Bajaron al garaje, en el que guardan cinco coches, suma de los utilitarios y las furgonetas de trabajo y en el que ahora además había aparecido un coche eléctrico que se había empotrado durante la riada. Salía humo de uno de ellos, un humo que pronto se convirtió en llamas y explosiones de las baterías. Aunque Javi intentó apagar el fuego con un extintor, los 15 segundos de espuma no sirvieron para nada. Se rindieron ante la realidad, tenían la casa inundada y el garaje en llamas. Los bomberos no pudieron ir hasta hora y media más tarde.

Se fueron, como pudieron, a casa del hermano de Javi que, por fortuna, vive en una finca a cierta altura también en Catarroja. Dentro de la hecatombe, todos estaban vivos.

Y allí siguen desde ese día. Sin agua, eso sí, y con grandes dificultades para comprar comida debido a los saqueos que se están produciendo en los supermercados.

Por lo menos ha podido hablar por videollamada con su mujer y sus hijos, que vivieron el horror desde su piso situado en una primera planta en Picanya. Su experiencia merece otro reportaje.