Dana. La vía judicial

El dueño del Ventorro dice que Mazón y Vilaplana dejaron el restaurante entre las 18.30 o las 19

No vio a Mazón hablar por teléfono

El dueño del Ventorro dice que Mazón y Vilaplana dejaron el restaurante entre las 18.30 o las 19
El dueño del Ventorro dice que Mazón y Vilaplana dejaron el restaurante entre las 18.30 o las 19Agencia EFE

El dueño del restaurante El Ventorro ha declarado esta mañana como testigo en los juzgados de Catarroja donde se instruye la causa penal sobre la gestión de la dana, que el día 29 de octubre comieron en su local el presidente Mazón y la periodista Vilaplana. El presidente llegó antes, sobre las 14.15 o 14.30 y que la periodista llegó un poco más tarde.

La comida se prolongó hasta las 18.30 o las 19.00 y que calcula ese dato porque sus trabajadores se van a las 18.10. Ya no quedaba nadie en el restaurante, salvo su dueño que estaba realizando facturas, cuando ambos abandonaron el local.

Dice que no puede concretar más la hora de salida y que no emitió un ticket de la comida, sino que realizó una factura al día siguiente.

También ha dicho que no vio a Mazón hablar por teléfono, y ha concretado que Movistar sí que tiene cobertura en su local, pero que Orange y Vodafone, dan problemas, aunque no siempre porque su mujer tiene Orange y sí que le funciona en el restaurante. Sin embargo, sí que ha dicho que en ocasiones han tenido que dejar el teléfono al algún cliente con problemas de cobertura. Pese a que, según calcula, entró siete u ocho veces en la sala, no tiene el recuerdo de Mazón hablando por teléfono, ni recuerda el teléfono sobre la mesa.

Ha tenido que reiterar varias veces que no escuchó de qué hablaban, y ha explicado que llamaron de la Generalitat porque tenía que firmar unos documentos. "Vino un señor a llevar un sobre, se lo entregué a Mazon, y luego volvió a los cinco minutos para llevárselo". El dueño del Ventorro "no estaba mientras los leía y firmaba. Los trajo un señor que nos se identificó y que no conocía".

La reserva se realizó desde Presidencia, pero no recordaba quién llamó, y se realizó para ese mismo día. Ha explicado que Mazón estuvo en un reservado que tiene en la primera planta. "Primero llegó el Sr. Mazón y luego la Sra. Villaplana. 2 y 15 o 2:30, llegó él, y ella un poco más tarde. Él llega solo, sin escolta que entrara. No comió ningún escolta", ha explicado, y tampoco estaban a la salida, ni coche oficial "ni nadie del gobierno".

Al llegar el presidente "le sirve un agua y unas papas o aceitunas en la sala reservada, a la que va directamente".

También ha dicho que Mazón estuvo solo hasta que llega Vilaplana y que a la llegada de la periodista "le acompañamos arriba a través de una escalerita". El reservado no tiene una puerta para cerrar, según ha dicho, y ha explicado sus dimensiones: "algo más pequeña que el estrado del Juzgado" y con un ventanal que da a la calle Bonaire.

A preguntas del ministerio Fiscal, el dueño del Ventorro ha declarado que "el restaurante no tiene televisión" y que él no escuchó las noticias porque tampoco tiene radio ni hilo musical. Sí que sabía que iba a llover porque su hijo pequeño no fue al colegio, pero que no estuvo al tanto de las noticias, solo que sabían que iba a llover.

Más tarde de la salida de Mazón y de Vilaplana sí que le llamó "no sé quien con el agua en los tobillos, para que subiera el genero, pero eso fue después de que los clientes se fueran".

También ha dicho que la periodista Vilaplana ha ido otras veces a comer a su restaurante, "muy esporádicamente" y no recuerda que haya ido con Mazón. Ni el presidente, ni la periodista ni nadie ha contactado con él de cara a la declaración que iba a prestar y que se ha sustanciado hoy.

El dueño del Ventorro ha dicho que prefiere no aportar fotos de la sala donde comieron "por la presión mediática que sufre".

También ha negado que nadie le mandó ningún video de la situación y que en ningún momento le pareció que Mazón estuviera preocupado. No le pidieron la contraseña del wifi que sí que tiene, y no vio que Vilaplana sacara ningún ordenador.

El testigo ha coincidido con la indumentaria del presidente ese día: chaqueta sin corbata y una pequeña mochila.