Economía

La formación del Consell y las elecciones generales paralizan la economía valenciana

Los directivos de empresas públicas y privadas dejan de tomar decisiones a la espera de conocer el nuevo panorama político

El sector industrial en la Comunidad Valenciana, descolgado del crecimiento de empleo
Las empresas privadas paralizan su toma de decisiones a la espera de conocer el panorama político finalBiel AliñoAgencia EFE

El pasado domingo 28 de mayo se celebraron las elecciones autonómicas, unos comicios en los que el PP resultó vencedor en la Comunitat Valenciana, aunque no con mayoría absoluta, por lo que ahora se abre un proceso de negociaciones con todos los partidos políticos -aunque sobre todo con VOX- para dar formar al nuevo Consell.

Por si esto no fuera suficiente, el proceso se verá «contaminado» por la campaña de las elecciones generales, convocadas de manera sorpresiva el pasado lunes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para el próximo 23 de julio. La campaña arrancará el 7 de julio, es decir, en pleno proceso de formación del nuevo Gobierno valenciano.

Además, después de las generales se iniciará un nuevo proceso de formación del Gobierno estatal, un periodo de tiempo que podría prolongarse perfectamete hasta el próximo mes de septiembre.

Pero, ¿cómo afectan todos estos sucesos al panorama económico? Tal y como explica el decano del Colegio de Economistas de Valencia, Juan José Enríquez, la afectación es bastante importante, sobre todo en lo que se refiere a la actividad y toma de decisiones de empresas públicas y privadas.

«En el caso de las sociedades públicas, los directivos directamente dejan de tomar decisiones a la espera de saber qué va a pasar. Esto tiene mucha relevancia, en el caso, por ejemplo, de grandes empresas como Adif, que tiene convenios y contratos firmados», señala el decano.

Esta falta de decisiones paraliza todo tipo de procesos y, sobre todo, detiene la inversión pública en la economía regional y nacional.

Aunque por motivos distintos, lo mismo sucede en las empresas privadas. Un cambio de Gobierno afecta de manera directa en la actividad de las compañías, sobre todo de las más grandes, y la transición de unos Ejecutivos de izquierdas a otros de derechas, que ya están anunciando bajadas de impuestos, puede resultar muy transcendental. Por supuesto se detienen procesos de contratación de personal, así como nuevas inversiones o posibles traslados de sedes.

«Es posible que empresas valencianas que se estuvieran planteando mudarse a Madrid para dejar de pagar el Impuestos de Patrimonio, detengan el movimiento hasta cerciorarse de que el PP lo suprime también en la Comunitat Valenciana», apunta.

A nivel de las economías domésticas la afectación es menor, aunque la falta de confianza y la incertidumbre nunca contribuyen al gasto pero, en principo, las familias no modificarán sus decisiones por el «stand-by» político.

Sí que es cierto, que el hecho de que las empresas ralenticen o paralicen sus procesos de contratación podría tener cierto efecto sobre el empleo, lo cual, de manera inevitable, siempre acaba repercutiendo en la microeconomía. Por el momento habrá que confiar en que la espera sea lo más corta posible y en que los efectos sobre una economía, ya de por sí tocada por varias crisis, sean los menos posibles.