Ni Córcega ni Creta, las playas que están de moda y que son conocidas como la Cerdeña española son las de Alcossebre, en la provincia de Castellón. Este pueblo costero emerge como una opción renovadora y atractiva, ideal para aquellos que prefieren eludir las aglomeraciones típicas de otros destinos en temporada estival.

Situado en la provincia de Castellón, Alcocéber cautiva con su riqueza histórica, cultural y natural. Desde sus playas vírgenes hasta el majestuoso Parque Natural de la Sierra de Irta, este destino ofrece una variedad de actividades para todos los gustos.

En la costa, encontrarás playas y calas de gran interés, mientras que en el interior podrás explorar el monumental casco histórico de Alcalá de Chivert, con su impresionante iglesia parroquial que alberga la torre más alta de la provincia.

Las mejores playas

La Playa Las Fuentes es una de las joyas emblemáticas de Alcossebre, reconocida por sus características únicas, como los manantiales de agua dulce que emergen del fondo marino, otorgándole un valor ecológico incomparable.

Con una extensión de 400 metros de longitud y 40 metros de ancho, esta playa de arena fina se encuentra al norte del Puerto Deportivo Las Fuentes. Su nombre proviene precisamente de estos manantiales que brotan desde el lecho marino hasta la arena, procedentes de un acuífero formado en el Jurásico.

Por otro lado, la Playa Carregador destaca como una de las más extensas de la localidad, ubicada frente al núcleo principal del pueblo. Con una longitud de 850 metros y una anchura de 70 metros, esta playa de arena fina también cuenta con Bandera Azul y está adaptada para personas con movilidad reducida.

Asimismo, la Playa Romana resalta por su excepcional riqueza ecológica, al encontrarse al sur de un sistema dunar de gran valor ambiental. Su fina arena y su entorno natural la convierten en un lugar ideal para disfrutar del sol y el mar en un ambiente tranquilo y natural.

Por su parte, la Playa Serradal destaca por su estado natural inalterado, siendo una playa de cantos rodados ubicada al sur de la Playa de Manyetes. Su característica principal es su entorno virgen, donde se puede apreciar un pequeño delta semi-sumergido en el extremo sur de la playa, cerca de la desembocadura del río San Miguel.

Finalmente, Cala Blanca es un remanso natural de serenidad, una pequeña y escondida joya de aproximadamente 30 metros de longitud y 10 metros de ancho. Considerada como una playa virgen, es un santuario de tranquilidad, un pequeño paraíso salvaje donde los visitantes pueden sumergirse en la naturaleza en su estado más puro.