Elecciones 28M
"A los políticos solo les pedimos una cosa: que sean sinceros, con la gente y entre ellos"
Usuario de Casa Caridad Valencia desde hace seis meses, explica sus preocupaciones y necesidades
Pepe tiene 67 años, nació en Valencia capital, en el barrio de Torrefiel, "vamos, valenciano de toda la vida, me crié en Sagunto hasta los 8 años, pero luego volvimos a Valencia". Por cosas de la vida, mala suerte, el destino, las circunstancias de las que todos somos rehenes en muchas ocasiones, Pepe -"o Jose, cómo tú quieras"- hace seis meses que reside en una vivienda tutelada de Casa Caridad Valencia. Hasta allí llegó tras recuperarse de una tuberculosis, un mal de amores y un fracaso profesional. Aunque algunas cosas no se curan ni en seis meses, otras sí, y gracias a la atención que recibe en Casa Caridad, hoy en día se le ve feliz, de sus ojos emana aún confianza en la vida, en que las cosas pueden salir bien. "Aquí somos una familia, a mi me tratan muy bien".
Cuando llego me está esperando sentado en un banco en la entrada de Casa Caridad, junto al comedor, dividido en dos desde la pandemia, para separar a aquellos usuarios internos de los que acuden de forma puntual. Levanta la vista de su "tablet" -sí, lleva una "tablet" y se está informando sobre las últimas noticias políticas antes de que empiece la entrevista-, me mira con expresión risueña, está contento de que alguien le tenga en cuenta en un asunto como unas elecciones autonómicas, siendo que en campaña electoral los políticos de unos y otros partidos copan toda la atención mediática. Que si vamos a construir no sé cuántas escuelas, que si gratuidad de esto o de lo otro, que si lo que han hecho mal estos o aquellos... Eso es lo que escucha la mayoría de la gente, sobre todo la que vive ajena al sistema tal y como lo entendemos.
"A los políticos solo les pedimos una cosa: que sean sinceros, con la gente y entre ellos, que hagan lo que dicen". Parece fácil, ¿verdad?. Esa es la única petición de Pepe que, aunque no haya cursado estudios superiores -"soy electricista, no hice FP pero sí hice cursos y me fui formando"- sigue las sesiones del Congreso de los Diputados y del Senado. "Es que todas las semanas dicen lo mismo, unos y otros. Me lo pongo siempre, y siempre dicen lo mismo, y siempre se están peleando".
Sobre algunas de las medidas que se han aprobado hasta ahora en la Comunidad Valenciana, como el bono cesta de la compra, no se muestra muy convencido... "A mi me suena a la cartilla de racionamiento de cuando yo era pequeño...". Él no lo ha pedido porque ya tiene cubiertas sus necesidades en el comedor social.
Tampoco hace falta tener estudios superiores para hacer algunos números. "Llevan todos coches oficiales, séquitos con todo ese personal,... digo yo que ese dinero se podrá utilizar para otras cosas, ¿no?, para ayudar a la gente que estamos aquí, por ejemplo, yo colaboro para que me ayuden, no quiero estar a la 'sopa boba'", dice Pepe.
En este punto hay que explicar que Casa Caridad recibe subvenciones públicas, de la Generalitat valenciana (este año 158.600 euros, repartidos en tres programas distintos), de la Diputación de Valencia y del Ayuntamiento, aunque la subvención procedente de este último se recortó en 100.000 euros. Además, desde el año pasado los centros de acogida temporal están concertados con la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad.
Si le preguntas qué es lo que le preocupa de cara al futuro más inmediato dice, "que la gente que está aquí que tiene problemas con las drogas vuelva a recaer, eso sí que es una 'putada'", dice. Lástima que ahí los políticos no puedan hacer nada. Pero él no lo puede evitar, son sus compañeros, desde hace seis meses prácticamente son su familia. Lo que le preocupa es que se curen definitivamente, de la pena, el dolor y la soledad que les llevó al consumo. Seguro que Casa Caridad es un buen comienzo.
"Pepe, ¿tú vas a votar?". Le pregunto, porque claro, ante tal desencanto con la política, igual ya no le interesa ir al Colegio electoral el domingo que viene y prefiere dar un paseo por el río. "¿Yo? Claro que sí", dice contundente y con una amplia sonrisa, casi con una papeleta ya en la mano. Qué más da a quién vote, la cuestión es que lo hará -aunque cree que sus compañeros no- porque él, como les decía, sigue confiando en que todo va a salir bien, y en que los políticos que lean esto, le hagan caso, y sean sinceros, con la gente y con ellos mismos.
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