Puig tira del «efecto gigafactoría» y afirma que 10 multinacionales miran a la Comunitat Valenciana

Explotar el «efecto gigafactoría». Es el gran logro de esta legislatura y, además, estaba en el programa electoral del PSPV en las pasadas elecciones.

La campaña del presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, para lograr la reelección está basada en la defensa de un modelo de gestión que ha logrado atraer la atención de importantes empresas y, como muestra, la instalación para baterías eléctricas que Volkswagen ya ha comenzado a construir en Sagunto.

El candidato socialista ha cerrado este viernes el ciclo de conferencias que el Fórum Europa ha realizado con motivo de las elecciones.

Puig ha centrado su discurso en la gestión realizada durante estos ocho años remarcando que la Comunitat ha conseguido colocarse entre uno de los territorios más atractivos para las grandes empresas. En este sentido, dijo que se encuentra en negociaciones con un total de diez multinacionales que buscan su implantación en el territorio valenciano.

En total, las inversiones previstas suman 24.400 millones de euros y generarán la creación de 43.000 empleos directos. Se trata de empresas dedicadas al desarrollo de microprocesadores, hidrógeno verde, energías renovables, baterías eléctricas, producción de componentes, producción de vehículos eléctricos y proveedores y Big Data.

El presidente ha admitido que no puede dar por cerrados todas las propuestas. «Son proyectos que están madurando, unos vendrán y otros no».

Ha insistido en que, a pesar de las fechas en la que la campaña acapara el centro de la actividad política, no hay que «perder un día», porque no hay «un oasis electoral», sino que hay que aprovechar «el momento valenciano», en el que por primera vez en la historia la Comunitat está «en la vanguardia de las nuevas industrias».

Puig ha hecho pocas referencias a su principal contrincante, el popular Carlos Mazón. Se ha referido, sin nombrarlo, a una de las frases que este más repite en sus discursos y que atribuye al presidente. «Todo no va bien, pero va mejor».

Se ha comprometido a crear 150.000 empleos la próxima legislatura, pese a los «trompetistas del Apocalipsis» y a los «agoreros» que aluden a «infiernos y colapsos que no se corresponden con la realidad». También ha dicho que situará el paro por debajo del 9 por ciento y a converger en PIB per cápita con la media española.