Agricultura

"Quieren echarnos del campo", la indignación de los agricultores ante el cuaderno digital de explotación

Aseguran que la mayoría de los productores no tienen los conocimeintos informáticos necesarios

Un agricultor fumiga con su tractor un campo de hortalizas en el área metropolitana de Valencia
Un agricultor fumiga con su tractor un campo de hortalizas en el área metropolitana de ValenciaAgencia EFE

A partir del 1 de septiembre de este año entrará en vigor en España el conocido como cuaderno digital de explotación, una nueva herramienta informática puesta en marcha por la Unión Europea, que obliga a los agricultores a registrar los datos de las actividades en la explotación en lo referente a las actuaciones fitosanitarias, la aplicación de fertilizantes, los riegos practicados, así como otras prácticas agrarias y no agrarias, e información indispensable relativa a la gestión de las explotaciones.

Esta herramienta será obligatoria para las grandes explotaciones a partir de septiembre de este año, y para el resto a partir de julio de 2024. Pero desde el campo valenciano se denuncia que se trata de una nueva "decisión política" que no tiene en cuenta las circunstancias de los agricultores. "Parece que quieren echarnos del campo", aseguran muchos productores, que se sienten incapaces de afrontar este nuevo reto.

Por ello, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama al Gobierno central que “deje en suspenso” la obligatoriedad de cumplimentar el cuaderno digital de explotación y flexibilice al máximo tanto la entrada en vigor de esta exigencia como las obligaciones estipuladas “para evitar un abandono brutal sobre todo entre los pequeños y medianos agricultores y ganaderos”. Pese a que la Unión Europea contempla para 2026 el cuaderno digital, el Gobierno español ha sido el primer país en imponerlo.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, argumenta que “el sector ya está cumplimentando un cuaderno de explotación y está de acuerdo con ir hacia la digitalización, pero decretar un cuaderno digital con tanta precipitación significa un cambio profundo en la manera de trabajar la parte administrativa ante la cual una gran cantidad de productores no están en absoluto preparados por los desconocimientos informáticos y por los importantes sobrecostes económicos que recrudecen la crisis de rentabilidad”.

La asociación critica que en un sector donde la edad media de los titulares supera los 64,4 años en la Comunitat Valenciana, “el Gobierno adelanta el cuaderno digital sin establecer un plan de formación a los agricultores, sin especificar ningún apoyo a aquellos que no tienen medios digitales y sin aclarar que habrá organismos públicos y gratuitos que tramiten adecuadamente el cuaderno digital a las personas interesadas”.

En cuanto a los sobrecostes económicos, Aguado advierte de que “muchos productores ya tienen bastante con cultivar sus campos y sobrevivir a duras penas para ahora, además, pagar los servicios de administrativos e ingenieros agrónomos. Estamos frente a otra decisión política que contribuye a elevar los costes de producción y encarecer los alimentos, para que después los políticos se rasguen las vestiduras si sube la inflación. Por no hablar del excesivo tiempo que el colectivo dedica a las gestiones añadidas y que dificulta la conciliación familiar y laboral”.

“Indignación total”

En las decenas de reuniones informativas que AVA-ASAJA ha convocado en los municipios para explicar las nuevas obligaciones de la Política Agrícola Común (PAC) y el cuaderno digital de explotación, Aguado asegura que “la reacción por parte de los asociados es de indignación total. La percepción es que la Administración quiere echarles del campo, hacerles la vida imposible para expulsarles. Hay mucha gente, sobre todo pequeños y medianos labradores, que nos dicen que no podrán cumplimentar el cuaderno digital tal como está aprobado y ya veremos qué pasa”.

Por eso, la organización agraria reitera al Gobierno español que “escuche al sector, atienda las reivindicaciones de las comunidades autónomas y reconduzca este despropósito, de modo que España no sea el primer país en tirarse un tiro al pie, sino que sea el último y con las mayores facilidades posibles”.