Gastronomía

La Semana Santa Marinera también se degusta con sus platos

Las albóndigas de bacalao, el ajoarriero, los pepitos, la titaina y la sepia encebollada por un lado, y de dulce para rematar torrijas y «coca de llanda» tuvieron lugar en el Festín Gastronómico de Semana Santa Marinera

La gastronomía de la Semana Santa Marinera
La gastronomía de la Semana Santa MarineraDavid Soler Crespo

La Semana Santa huele a incienso y al olor del humo que desprenden las velas de las procesiones, pero en el barrio del Cabañal en Valencia también tiene gusto. Sabe a tomate, atún, bacalao y sepia.

La recientemente renovada plaza del Mercado del Cabañal estaba ayer hasta el alfiler, con decenas de personas haciendo cola para conseguir un ticket que les permitiera degustar la gastronomía típica asociada a estas fechas en el Festín Gastronómico de Semana Santa Marinera, que ayer repartió dos mil raciones.

«No sé si haremos cortos», reía ayer Patricia García, gerente de la Asociación de Vendedores del Mercado del Cabañal, que organiza este evento junto con la organización de la Semana Santa Marinera. «Queremos mostrar lo que se pueden encontrar en el mercado. La Semana Santa Marinera son las procesiones, pero también es el producto del mercado, decía García. «Queremos unir la tradición con la gastronomía».

La primera edición se celebró hace dos años con motivo de la campaña Cuina de culte con la que se buscaba promocionar la gastronomía tradicional de la Semana Santa Marinera y de la que salió un libro publicado. Sin embargo, al coincidir la Semana Santa con las Fallas tuvo que hacerse dentro del mercado, lo que fue un poco caótica al ser sábado todavía día laborable para los puestos. «Pensábamos que vendrían clientes que suelen venir los fines de semana, pero se nos fue de las manos», admite. Aún así, este día el mercado tiene más afluencia que la de un sábado habitual, alimentando la jornada con la compra de productos típicos.

En el Festín se ofrecían productos salados y dulces típicos de la zona y esta época religiosa del año. Las albóndigas de bacalao, el ajoarriero, los pepitos, la titaina y la sepia encebollada por un lado, y de dulce para rematar torrijas y «coca de llanda».

En la plaza había además información con las recetas para que cada uno pueda preparar en casa estos típicos alimentos de esta época del año.

La tonyina de sorra, reina

Uno de los productos más típicos es la titaina, una especie de pisto local con tomates, pimientos y piñones donde la reina es la «tonyina de sorra», una de las delicatessen que ya no es apta para todos los públicos. «La tonyina de sorra es la ventresca del atún que está en salmuera», explica García. Esta es la parte más jugosa por su elevado contenido en grasa. Para utilizarla en la tiatina «se hacen dos desaladas en agua de tres horas cada una», instruye la gerente de la Asociación de Vendedores del Mercado del Cabañal, que asegura que hacerla perfecta es misión casi imposible. «Si te pasas de tiempo se queda sosa, y si te quedas corto se queda salada. Es un arte tener el punto», afirma.

Esta era la receta tradicional con la que se hacía la titaina, pero su elevado precio hace que cada vez se utilice menos, o se mezcle con otras partes del atún. «La tonyina de sorra no se suele utilizar porque vale 200 euros el kilo», explica Milagros Crespo, vecina del Cabañal y maestra en titaina y pepitos. Esto último no es más que la titaina metida dentro de un pan que después se fríe con huevo, leche y aceite. Una simple mirada dentro de las paradas del mercado muestra que el precio es efectivamente de 22 euros por cien gramos de «tonyina de sorra», la reina de la titaina.

Ahora, la gastronomía ha inundado el barrio del Cabañal que ya ha dado pistoletazo de salida a su Semana Santa Marinera con las procesiones del Viernes de Dolores y del Sábado de Pasión antes de dar paso hoy Domingo de Ramos a la procesión de Nuestra Señora de los Ángeles que Milagros verá pasar por delante de su casa, como cada año. Dentro, en la mesa no faltarán los productos típicos de la Semana Santa Marinera. «Ya he hecho más de 50 pepitos», dice orgullosa.