Javier Cercas y Manuel Vilas, un matrimonio bien avenido
La Real Academia Española invita a los escritores ganadores del Premio Planeta a su «tarde literaria»
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Javier Cercas y Manuel Vilas, ganador y finalista del Premio planeta 2019, han participado en la segunda edición de «tardes literarias» de la Real Academia Española, una tertulia en la que profundizaron en el proceso de creación de sus obras galardonadas y sus inquietudes personales. El coloquio fue conducido por la periodista Cristina Villanueva.
Desde que el pasado 15 de octubre fueron galardonados con el Premio Planeta, Javier Cercas y Manuel Vilas se han visto irremediablemente abocados a compartir. «Prácticamente hemos sido un matrimonio. Hemos compartido hoteles, aviones y cafés. Ha habido un enorme grado de complicidad. He aprendido mucho de Javier. Ha sido muy nutritivo», bromeó el autor de «Alegría». La camaradería fue el pilar fundamental de la tertulia, pues antes que amigos, son admiradores mutuos. Comenzó así una danza de cariñosos halagos al libro del otro.
«”Terra Alta” te quita el aliento. En la segunda línea ya te ha enganchado. Javier ha innovado, pero manteniendo la esencia de su escritura. Me recuerda a “El silencio de los corderos”, por los crímenes tan atroces que tiene que enfrentar y está emparentada con “El Irlandés”, que es una película de gangsters, pero en el fondo es puramente shakesperiana», comentó Vilas.
«Soy un gran admirador de su anterior obra, “Ordesa”, y aunque “Alegría" no es una continuación, participan del mismo mundo. Ambas se complementan. Trata de un hombre que ha vivido experiencias terribles, que ha decidido que contra todo y contra todos va a ser feliz. Pero no una alegría blandengue. Felicidad por aceptar que la vida se compone de momentos horribles», respondió el autor extremeño.
Ganador y finalista reflexionaron sobre los nexos en común que comparten sus obras porque, aunque están alejadas temáticamente, ambas tienen dos protagonistas rotos que buscan la felicidad. Los personajes han vivido experiencias terribles, viven intentando construir un significado a sus vidas, mientras el vacío de su existencia les consume. «Todas las novelas son autobiográficas. Melchor Marín no soy yo, pero sí tiene aspectos personales y profundos. Es una versión diferente de mí mismo», confesó Javier Cercas. Como dijo Vargas Llosa, hay que hacer un «striptease» inverso para escribir novelas: partir de la experiencia personal e ir añadiendo capas hasta convertirlo en universal. «Somos alquimistas que convierten la desgracia en oro. Vampiros del horror», aseguró Cercas.
Manuel Vilas, que asumió ser el alivio cómico de la charla, contó una anécdota que despertó risas entre el público: «En la gira de promoción de “Ordesa”, acudían hombres octogenarios que decían haber conocido a mi padre, charlábamos y me desvelaban datos que yo desconocía. A partir de cierta edad he empezado a verlo todo en clave de realismo mágico, teñido de espiritualidad. Me gusta pensar que mis padres me envían estos mensajeros».
«Terra Alta» surge de un viaje al lugar que da nombre a la novela, «la Cataluña pobre», como la llama Cercas. Una comarca situada en Tarragona, rocosa y alejada de la metrópoli. Allí se le ocurrió la idea de contar la historia de un urbanita que «no puede ni dormir debido al silencio» al que le toca vivir en un lugar donde nada sucede, hasta que algo terrible rompe la rutina.
«He oído que haces una imitación muy buena de Paco Umbral, ¿es cierto?», le preguntó la conductora de la tertulia Cristina Villanueva a Vilas, que sin dudarlo y con una amplia sonrisa se lanzó con el archiconocido «Yo he venido hablar de mi libro» del programa de Mercedes Milá. Así concluyó la segunda edición de «Tardes literarias», la apuesta de la RAE por acercar la Docta Casa al gran público y aumentar su representación como promotora de la cultura y literatura española.