De Eliot a Kerouac: lo mejor de la literatura americana está aquí
El crítico y novelista Toni Montesinos desgrana en «El fruto de la vida diversa» las claves del universo literario
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La literatura norteamericana ostenta una particular idiosincrasia temática y formal, única dentro de la cultura anglosajona y universal. Diversos ámbitos y contextos se ven retratados en una escritura que, en dos siglos, desarrolla unos formantes interculturales, procesando un imaginario de origen europeo adaptado a una nueva y dinámica sociedad. Asistimos así a las penalidades de pioneros colonos del mítico Far West, a las aspiraciones de acomodadas clases medias fascinadas por el «american way of life», las peripecias de taimados piratas en busca de escondidos tesoros y la épica aventura marina de un capitán obsesionado con una infernal ballena, los duros trasiegos de arruinados granjeros en medio de la devastadora Depresión, y la frustración de aquel viajante de comercio desengañado del perseguido sueño americano, entre otros referentes integrados ya en un colectivo ficcionario cultural.
Con una arraigada identidad iconográfica esta literatura se ha proyectado sobre diversas manifestaciones artísticas –la cinematográfica, acaso la más importante–, generando símbolos esenciales en la fabulación occidental. Una amplia y profunda mirada sobre este universo es lo que encontramos en «El fruto de la vida diversa». Artículos sobre literatura norteamericana, del poeta, ensayista, novelista y crítico literario Toni Montesinos (Barcelona, 1972). Se recogen aquí, bajo un título que expresa la variedad de argumentos, temáticas y estilos estudiados, textos críticos que, habiendo aparecido en diversas publicaciones, son reconfigurados, cobrando ahora el renovado valor unitario y coherente del riguroso ensayo crítico. Experto en Thoreau, Emerson y Walt Whitman, conocedor por lo tanto del fundamento esencial de esta literatura, el autor conforma una ensayística miscelánea, asediando muy diversos géneros y vertientes: desde la novela negra al romanticismo decimonónico, pasando por el relato contracultural, la narrativa del terror, el suspense psicológico, la ficción de extracción periodística, o la aventurera épica fundacional.
Destacando la excelencia de muchos de estos artículos, cabría señalar la lúcida aproximación a H. P. Lovecraft, subrayando el sentido mitológico de su obra; o el extenso estudio sobre la «beat generation», «Jack Kerouac, Allen Ginsberg y otros», donde se analiza la rebelde pulsión de aquellos jóvenes airados; el minucioso comentario de la trayectoria narrativa de Joyce Carol Oates, poniendo de manifiesto su compromiso progresista ante conflictivos asuntos de su entorno social; el retrato personal y literario de una reivindicada Harper Lee, en justa valoración de su novela «perdida», «Ve y pon un centinela», continuación de la inolvidable «Matar a un ruiseñor»; la extrema sensibilidad e intimista lírica de Emily Dickinson; la desgarrada estética del perdedor que hallamos en Raymond Carver; el espíritu viajero, de fecunda plasmación literaria, de Paul Theroux; el desnortado destino vital, la atormentada figuración narrativa de F. S. Fitzgerald; la exquisita y elaborada expresión poética de T. S. Eliot; la crónica testimonial, con ribetes de futurista amenaza, que encontramos en Don DeLillo; la narrada experiencia cinematográfica de Budd Schulberg, o las peripecias como guionista de Dalton Trumbo; las complejidades estructurales de la novelística de Faulkner; la procelosa implicación histórica –tan relacionada con España– de la obra de John Dos Passos, o la misteriosa personalidad autorial de Thomas Pynchon. Con este libro, como en otros suyos, Montesinos reivindica el valor analítico de la reseña crítica, su espontaneidad e inmediatez, que orienta al lector y calibra la valía de la obra comentada, en el marco de una quizá agobiante actualidad literaria.
Simpatía con la inteligencia
Estas páginas aúnan modélicamente el rigor académico –sin pretenciosos eruditismos– con la entretenida amenidad; es el criterio de quien conoce y postula el placer del texto como norte y guía del mejor ejercicio crítico. Encontramos aquí lúcidas reflexiones sobre el oficio de escribir; a propósito del autor de «Mientras agonizo», por ejemplo, leemos: «Faulkner persiguió la perfección, sabiendo que se fracasa estrepitosamente pero que cabe insistir, debiendo ‘‘tener humildad respecto a su competencia para llegar allí, respecto a sus métodos, a su oficio y a su destreza en el oficio’’, como señaló en un homenaje a John Dos Passos». Y significativas referencias político-culturales, como la que retrata la conflictiva situación social y personal de Arthur Miller y su matrimonio con Marilyn Monroe: «Debió de ser un contrasentido muy fuerte para Miller sentir semejante paradoja: la belleza de la actriz más alabada y el acoso del Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso, para el cual una unión sentimental como aquella era simplemente la convergencia de una –peligrosa para la nación– simpatía por el comunismo».
O al comentar la anhelada sabiduría del autor de Walden: «La búsqueda en pos del saber en Thoreau es intermitente, como él mismo reconoce, pero su curiosidad, constante. “Lo más alto a lo que podemos aspirar no es al conocimiento, sino a la Simpatía con la Inteligencia"». Esto es lo que encuentra el lector en este libro. Atenta percepción lectora, sutil sensibilidad crítica, amplia cultura literaria, probada formación filológica y una singular naturalidad expresiva, constituyen las claves de un atractivo volumen que se lee con apasionado interés y justificada admiración.