Pony Bravo: «La comedia está ocupando el lugar de la filosofía»
Los sevillanos vuelven a Madrid con «Gurú», un disco lleno de capas de sonido y estratos de significado en torno a la toxicidad social
Creada:
Última actualización:
Cada trabajo de Pony Bravo requiere un tiempo de digestión. No tanta como necesitaba Mao Zedong, que no tenía suficiente perspectiva para valorar la Revolución Francesa, pero en el caso de la banda sevillana cada álbum requiere más atención y recompensa a quien se la concede. En «Gurú» más que nunca, por sus letras, teñidas de crítica y parodia, y por su música, compuesta por superposición y destilación de influencias (del kraut rock al hip hop pasando por lo andaluz). Daniel Alonso se ofreció a responder a este cuestionario antes de su actuación en Madrid el próximo 27 de febrero, en una gira que sigue por San Sebastián (12 de marzo), Guernica (13), Lugo (14) y Zaragoza (21).
–El título del disco, «Gurú», parece englobar el mensaje del disco. Aunque éste no sea conceptual, ¿cuál sería el discurso del álbum, si lo hay?
–La idea del gurú y el anti-gurú se alternan en las canciones, cada letra está hecha desde uno de los estados, el ideal, la persona moral sana y correcta, y el lado tóxico, egótico y compulsivo.
–En Pony Bravo siempre hay experimentación, pero ¿se puede buscar ser transgresor? ¿Ustedes lo intentan o no es algo que les preocupe?
–Con los años creo que lo que hacemos es bastante clásico. Muchas influencias que oímos tienen décadas, y, aunque siempre hay una intención, no hacemos música experimental en el sentido estricto. Sobre la idea de ser transgresor, nunca nos hemos parado en eso. Entiendo que haya artistas que encuentren ahí su identidad y les guste ese punto de confrontación y ruptura, pero para nosotros es algo ajeno, hay enfoques mejores, creo.
–Utilizar el humor en las canciones, ¿hace que a uno le tomen menos en serio? En todo caso, ¿eso les preocupa?
–El humor no siempre ayuda, eso es cierto. Quizá el simple hecho de mostrar varias capas de significado con el humor como uno de ellos haga que mucha gente no sepa colocarte en un lugar o que solo se quede con esa parte. En mi experiencia, al que le gusta la música le da igual todo lo anterior. Si la música es buena, la oye y punto. Siempre hemos disfrutado el humor y nunca ha sido un problema, mas bien una virtud. Nos gusta cómo lo haccen Pedro Ladroga, ZA, Fluzo, Malandrómeda... Creo que, si sale de forma honesta, el humor siempre suma, y ayuda a que los temas serios que aparecen en los textos lleguen mejor. Creo que la comedia es cada vez mas importante en la cultura actual, y una forma de arte igual de elevada que otras, incluso creo que hoy día está ocupando el lugar de la filosofía. Es importante el humor para tratar con precisión los temas serios.
–Interpreto «Relax y rolex» como una crítica del individualismo capitalista y les felicito por la parodia de la frase más repugnante que se ha puesto de moda: zona de confort. Pero volviendo a la canción ¿pueden hacerse compatible los valores con el dinero o el capital nunca tiene conciencia?
–Pinta mal todo, la verdad, pero pensando en soluciones, en positivo, por citar un ejemplo, me parece interesante lo que plantea Andrew Yang. La verdad es que se lo estoy recomendando a muchos amigos, es un candidato independiente que se ha presentado a las primarias demócratas americanas que están en marcha en estos días. Sus ideas me parecen una buena solución a este capitalismo tóxico que nos rodea, y, como se esperaba, ha quedado de los últimos en la carrera presidencial. Me parece muy interesante su forma de plantear soluciones concretas y conecta con gente de diversos enfoques.
–Hacen también una crítica de la industria del entretenimiento en «Piensa McFly». ¿Es el cine comercial alienador o, como se ha escrito en algunos ensayos recientemente es incluso más progresista que el independiente o de autor?
–En ambos bandos hay de todo. Una mayoría de contenidos zombies en general, pero siempre suele haber excepciones interesantes. El truco, supongo, es no ser flojo y buscar activamente cosas mejores, apoyar contenidos interesantes y no usar el entretenimiento solo para desconectar y quedarse zombi delante de Netflix o Youtube. De hecho hay que educar continuamente al algoritmo de YouTube para que no te dé contenidos que no te interesan. Todo requiere clicks hoy día, pero si buscas, hay maravillas.
–El contenido político en sus letras siempre es velado, pero, en todo caso, ¿puede el arte remover conciencias o nadie cambia realmente de opinión por escuchar una canción?
–Siendo optimista, la cultura crítica siempre ha ayudado a mucha gente a posicionar y madurar el pensamiento, sobre todo cuando eres joven. En esa etapa, el efecto es más fuerte, pero también es innegable que hay datos como para pensar, al mismo tiempo, que sirve y no sirve para nada. Los dos enfoques son realistas. La solución pasa por ser honesto y escribir como quieras, y ya está. Depende de la persona, si eres un cínico o un depresivo, o directamente un ignorante, lo normal es que los textos sean oscuros, o superficiales, o no entren en temas importantes, o caigas en el nihilismo. Depende mucho del nivel de toxicidad que tengas dentro.
–En «Loca Mente» actualizan a las Grecas. ¿Es solo un (merecido) tributo o querían lanzar algún otro mensaje además con la canción?
–Yo creo que intentar lanzar un «mensaje» nunca funciona, es más cuestión de trabajar las ideas e intentar mostrarlas bien, y cruzar los dedos. En el caso de «Loca Mente», como bien dices, es un merecido tributo a las Grecas, y un intento de disfrutar con su obra bajo otros géneros musicales, un pequeño experimento incluso para nosotros.
–¿Hasta qué punto es importante la tradición propia en sus discos, es decir, cuánto dirían que hay de cultura andaluza en sus trabajos conscientemente?
–Ese elemento quizás ocupa un 20 o un 30% de cada disco, no sabría decirte, pero más bien es una parte diseñada al principio, e instintiva a la hora de tocar, un reflejo de quiénes somos, de la cultura en la que hemos crecido, y un intento de que esa cultura musical avance y no se quede estancada en clichés y arquetipos. Es divertido. Y una herencia que viene de grupos como Triana, Veneno, Martirio, gente que ha expandido la cultura que nos rodeaba y la ha limpiado un poco, la verdad. Andalucía tiene todo eso, los clichés y la parte mediocre y hortera, y de vez en cuando destellos de sabiduría. Es lo que hay. Fluzo y Malandrómeda hacen algo parecido con su cultura gallega, y gente como ZA! hacen eso mismo de forma muy sutil con su cultura catalana. En la música siempre te puedes encontrar gente que solo va a ganar dinero y a trepar, pero por suerte también hay gente que busca que el lenguaje avance y todo sea más limpio y útil. Son una minoría, pero ahí están.
–Se les asocia insistentemente con una Sevilla alternativa. ¿Qué relación tienen con su ciudad?
–Pues una relación, como dices, alternativa, como tanta gente, supongo. La cultura tradicional sevillana se basa básicamente en saber cosas de fútbol, flamenquito y Semana Santa. Es una cultura y también un modelo de negocio con el turismo como input principal. Mas allá de eso, existen otras visiones alternativas y minoritarias. De todas formas, se le suele dar mucha importancia a Sevilla y tampoco es para tanto, la verdad. Andalucía es muy grande y todo mejora cuando te alejas de las capitales.