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Disney apuesta por el primer príncipe negro de la historia de la factoría

El estudio de animación ha confirmado que Niles Fitches, la conocida estrella de la serie norteamericana “This Is Us”, será el encargado de protagonizar la próxima película de la compañía
Birdie Thompson/SIPABirdie Thompson/SIPA/Newscom
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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Antes, las princesas marmóreas que se pinchaban con el huso de una rueca y necesitaban el beso de un hombre para volver a la vida; las que tenían el pie demasiado pequeño como para que les entrara en un zapato de cristal casi tanto o más frágil que su caricaturizado espíritu; esas que se impulsaban con la ayuda de una cola de sirena para pasar de la tutela asfixiante de un corpulento y tiránico padre a los brazos de otro muchacho apuesto y joven en cuyo beso (lo de la saliva masculina se ve que era mejor que un paracetamol) residía su verdadera salvación o, aquellas otras, que a pesar de haber encontrado en la lectura y en el descubrimiento de las historias que se esconden en los libros la catapulta más efectiva hacia la libertad, deciden renunciar a ello y abrazar la vida que le procura el encierro en un castillo por parte de un príncipe convertido en bestia, compartían un elemento más allá de la abnegación y la supeditación a los hombres. Eran blancas.
Hasta hace once años, una creadora del imaginario infantil colectivo de carácter histórico como Disney no había reparado en la inclusión de colectivos racializados, grupos femeninos autosuficientes o representantes de las diferentes orientaciones sexuales para protagonizar sus películas. Su línea clásica y estereotipada, pero igualmente efectiva, mágica y alentadora, seguía actuando como la norma principal sobre la que giraban todos sus proyectos hasta que en el año 2009 irrumpe de manera inesperada la primera princesa negra de Disney en la cinta “La princesa y la rana”.
Tras la insistencia de las peticiones de un público que poco a poco se ha ido convirtiendo en un sujeto más crítico y exigente con las distintas sensibilidades sociales que han aflorado de forma progresiva en todo el mundo, eso que acertadamente el periodista Daniel Bernabé relaciona en su libro “La trampa de la diversidad” (A fondo, 2018) con la necesidad de exagerar nuestras especificidades para poder satisfacer la angustia de un presente que adolece de una identidad de clase (no se busca el reconocimiento de un colectivo a través de un objetivo común, sino la individualidad identitaria que nos diferencie de la masa), el estudio de animación quiso tener ese gesto de complicidad con los niños y niñas afroamericanos concediendo al personaje Tiana un tono de piel más oscuro del habitual y unos abultados rizos.
Es ahora el joven actor de 18 años, Niles Fitches, quien toma el relevo de Tiana para convertirse en el primer actor negro de toda la historia de Disney que interpretará al príncipe Tuma en su próxima película de acción real junto a las actores Skylar Astin y Peyton Elizabeth Lee. La expectación y sorpresa que la cinta “Secret Society of Second Born Royals” ha despertado entre los más adeptos de la casa no ha tardado en materializarse en comentarios a través de las redes sociales. Algunos usuarios han querido hacer hincapié en el altavoz que supone que una compañía como Disney lance este tipo de mensajes “inclusivos”: “Sé que decimos que la representación es importante, porque realmente lo es, pero no me había dado cuenta de su poder hasta que escuché que Disney acaba de apostar por el primer “príncipe negro”. Disney fue fundamental para mi crecimiento, así que es agradable ver esto”, señalaba uno de ellos. Otros por el contrario, afeaban la tardanza de la compañía (que se extiende a unos cuantos años) a la hora de tomar este tipo de decisiones ya que aseguran que “si bien es sorprendente que haya surgido el primer príncipe negro en una película de acción en vivo de Disney, no puedo evitar sentir que en 2020 la lista de “los primeros negros” debería ser más corta. La diversidad solo debería SER en este punto”, tal y como ha comentado otro usuario.
A pesar de la categoría de “hito” dentro de la historia de Disney, esta noticia se une al reciente, lento y marketiniano intento de los últimos años por contentar al público de siempre y conseguir atraer a uno completamente nuevo que generacionalmente no creció con sus películas pero que puede llegar a sentirse parte de ellas en el presente. Algunos ejemplos de esta actualización de valores los encontramos en perfiles como los de Moana, la primera princesa polinesia, la actriz negra Halle Bailey, que se encargará de dar vida a Ariel en el próximo remake en “live-motion” que preparan desde el estudio, alegando argumentos como los de la combinación de “espíritu, corazón, juventud, inocencia y sustancia, además de una voz gloriosa, que son cualidades intrínsecas y necesarias para interpretar este personaje icónico” o el reciente subrayado de la determinación de género y la fuerza de un personaje como Mulán que Niki Caro hace en su última película.
También desde la factoría han optado por hacer pequeños guiños en clave de pinkwashing en vista de que la comunidad LGBTQ carecía hasta hace nada de una figura destacable, convirtiendo a la inspectora de policía Specter que aparece en la última película de Pixar y Disney, “Onward”, en la primera mujer abiertamente lesbiana por la que apuestan cuya orientación sexual se intuye a través de la referencia que hace a una novia que nunca llega aparecer en pantalla. Habrá que esperar todavía a la realización de más proyectos, más personajes y en definitiva, más historias, para ver si este reciclaje de la distribuidora acaba constituyéndose como un verdadero compromiso con los diferentes colectivos y demandas del mundo globalizado o termina desinflándose como un pretexto estratégico camuflado y oportunista más.

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