Sección patrocinada por sección patrocinada
Música

Música

Sr. Chinarro: “Van a ganar los malos, como siempre. Esto no es Hollywood”

En su nuevo disco, que se publica el 29 de mayo, Antonio Luque elige «El bando bueno» a sabiendas de que éste no tiene posibilidades frente a la estupidez general

El músico Sr. Chinarro publica "El bando bueno"
El músico Sr. Chinarro publica "El bando bueno"Sr. Chinarro

Cual caballero de la mano en el pecho, Antonio Luque se presenta tomando partido por «El bando bueno» (Mushroom Pillow), su nuevo disco, que llega a las tiendas –o lo que quede de ellas– y al «streaming» el próximo 29 de mayo. Y si tiene miedo al porvenir no es por esta pandemia sino por la gran estupidez colectiva de los seres humanos.

-¿Cómo se encuentra?

-Bien. Ahora que se puede salir a correr, hago la misma vida que hacía antes, que tampoco es que saliera mucho. Pero con algo de agobio y de miedo por los demás.

-¿Psicológicamente le ha pesado la situación?

-Sí, porque además soy un poco hipocondríaco. Y esto se lo puedes pasar a gente que aprecias. Y aunque solo salgas a comprar un par de cosas, es un poco agobiante.

-El bombardeo informativo también es cansino.

-Pero lo cierto es que ha llegado a haber mil muertos al día, y eso es una ruina.

-¿Ha hecho alguna reflexión?

-Yo puedo reflexionar mucho, pero la gente no es muy de reflexionar. Así que qué más da. Vamos a donde vamos. Ya he escuchado que en 2050 se espera aumento de temperatura hasta de 8 grados y van a pasar cosas terribles. Nadie hace caso de nada y entonces, ¿de qué sirve? La gente se ha vuelto a echar a la calle y a consumir otra vez vorazmente. Y los fabricantes de automóviles no quieren que se quiten carriles para las bicicletas. Y todo va a ir así hasta que reviente. El verano pasado se quemó Australia y al Amazonas le quedan dos telediarios.

-Chinarro le ha cantado a los plásticos del mar, y aquí habla de que nos hará falta un “Planeta B”. No será por que no lo haya advertido.

-Ya ves que las letras están escritas de antes... y yo no soy nadie. Preferiría ser un científico, pero no lo soy. Lo que pasa es que cualquiera puede ver y leer lo que dicen ellos. Puede ocurrir como en los telefilmes de catástrofes en los que la gente sigue haciendo exactamente lo mismo hasta el último día. Y ahora la gente compra sin parar cosas que vienen en una caja de cartón con una sonrisa, optimismo a tope. Y ojalá la gente se de cuenta de que hay que consumir menos y no dejar una huella de carbono. La de los plásticos del mar la escribí en la playa en Málaga, viendo en cada ola subir y bajar los plásticos flotando: las compresas, las botellas, los envoltorios, las colillas... las ves en la ola, no es el futuro. Y esto es también el presente y ni aún viéndolo vamos a reaccionar.

 

-El bando, ¿cómo se elige? ¿Por eliminación o por convicción?

-Lo tengo clarísimo. He puesto un tuit de que el título es de la frase de Cohen que uno sabe qué bando elige viendo quiénes están en el otro. Y me he acordado de que en Málaga querían hacer un hotel en un lavadero de coches a 20 metros de la orilla. Y la gente decía “claro que sí, que es trabajo para la gente”. Y es que la gente prefiere cargarse el medio ambiente con tal de colocar a su hijo o su hija a limpiar váteres y servir cervezas a un turista. No pueden ver más allá.

-Y el turismo ahora no sirve para nada.

-Es que el turismo nunca ha servido para nada. Es una completa estupidez. A ver si Instagram saca ya el filtro de poner el paisaje de la Torre Eiffel o la pirámide y la gente deja ya de hacer el tonto.

-No es un modelo sostenible.

-Hubo una época en que ser explorador tenía sentido. Pero hoy... joder, que lo vean en “Callejeros viajeros”. Es una actividad súper contaminante y dicen que van a China o a la India a encontrarse a sí mismos... ¡pero si es más entretenido leer!

-Nuestro estado autonómico se ha convertido en un nido de envidias con la pandemia.

-La idea de España es un poco entelequia. Y lo de las autonomías y el café para todos se terminó haciendo un cachondeo. O sea, que lo que le hace falta a los españoles es divisiones. Vamos, como si no tuviéramos bastantes. Y se le da un parlamentito además para cada uno. Pero que Madrid no esté en alguna de las dos Castillas... Hombre yo entiendo que el hecho catalán o vasco... incluso el gallego. Pero yo siempre que hablo de España me refiero a la canción de Vainica Doble que dice “dos españoles, tres opiniones” y eso es lo que pienso para este caso.

-En “Una Famiglia reale”, canta: “Dame caricias, falsas noticias, sé mi princesa Leticia”.

-La mención de Leticia, que está escrito con ce a propósito para que no se de nadie por aludida, ni la Reina ni nadie, se refiere a las reporteras guapas que salen en televisión y pensaba en Concha García Campoy, que en paz descanse y de la que me enamoré cuando era niño. Pero es que los y las presentadores del telediario nos dicen cuál es la realidad, diariamente. Bueno, ahora a cada minuto. Y a mi me gusta cuestionar esa idea de realidad y también la idea de familia.

 

-¿La familia real la ve en extinción?

-No sé, no creo que sea un problema tan preocupante. Hay gente que igual se piensa que si nos ahorráramos la partida presupuestaria de la Familia Real les iban a ingresar a ellos el dinero. Y no sé, es posible que sea uno de los pocos símbolos que mantengan un poco remotamente la unión de este grupo de millones de personas que no paran de contradecirse y de pelearse. De todos modos, creo que deberían dar un poquito de mejor ejemplo en algunas cosas. Pero entiendo que nadie es perfecto.

-Yo le hablaba de la familia real, en minúscula.

-La canción está dedicada a ambas. Y a las presentadoras de televisión también, en general. A mí me gusta que las canciones tengan varias capas de significado. Yo no soy ni un rapero ni un punki para hacer una canción de meterme con nadie. Ni siquiera me interesa ser Morrisey. Por eso espero que la canción funcione en muchos planos. No es una canción que vaya dirigida a nadie, sino que va contra la idea de realidad, incluyendo la idea de familia que es, en origen, el germen de cualquier mafia.

-Mafia.

-Para todos aquellos que hablan de la honradez, en cualquier familia se le da prevalencia al parentesco. Un empresario va a poner siempre a su hijo antes que a un desconocido que sea más válido. Así que los conocimientos y los méritos quedan subordinados. Y todas las mafias parten del concepto de familia. Y bueno, por ahí caen por tierra ideas utópicas políticas, porque quién no va a preferir colocar a alguien de la familia. Todo eso aparece en la canción. No me gusta destriparlo, me siento obligado ahora porque tampoco me gustaría que se cabreen conmigo, porque la canción no va de la Reina o no sólo de ella.

-Si la familia es el parentesco por delante del mérito, es subversiva para el capitalismo.

-Según cómo sea el cabeza de familia, porque en la mayoría de las historias de la mafia están movidos por la acumulación de riqueza y eso es lo más capitalista que hay. Quizá de ahí la enseñanza. Traer más hijos para conquistar el planeta. De eso hablo en “Escorpio”, de que somos colonizadores, invasivos. Y el capitalismo es el reflejo de la sed de poder que tienen nuestros genes.

-El espíritu depredador.

-Claro, es que la gente como yo somos una perversión. Mi padre debe pensar: “este es marica”, porque claro, “quiere ir en bici, tener pocos hijos, cuidar a los pajaritos y a los árboles. Es un marica”.

-Y a pesar de todo canta que no conoce la depresión.

-A mí la depresión del Guadalquivir me recuerda a dos cosas: al Betis y a mi familia, que son las dos (risas) causas de preocupación. Va dejando uno atrás las cosas.

-Pero, entonces ¿lo de la depresión es verdad, no ha tenido?

-Lo hablaba con Jota: “si no hemos ido ya, ahora para qué vamos a ir...”. Pero no bromeo con la depresión. Sé que es algo que está ahí., Porque si pasa una semana y no he escuchado música, me doy cuenta de que estoy entrando en fase chunga. Me pongo música, salgo a correr, que es algo que sí que salvó a mi padre de su depresión. Y te sientes mejor.

-Menciona a su padre. ¿Entendió lo de la música?

-No, mi familia me tiene por parado. Ellos son como tantísimos españoles que piensan que los titiriteros, que somos prescindibles y tal. Pero bueno, ellos vienen de la posguerra, de pasar hambre, y de un desastre de verdad, no lo de ahora. Y claro, es difícil para ellos entenderlo.

-¿Cómo ve el futuro de los músicos?

-Pues difícil mientras no haya vacuna. Yo sigo pudiendo hacer acústicos de 200 personas. Cuando abran las iglesias y los bares, que eso tiene que abrirse para que no colapse el país, digo yo que si me subo con una guitarrita no creo que pase nada. Y no me preocupo demasiado. Pero la industria de festivales masivos tendrá que cambiar. Pero si se compensa con un circuito de salas, de gente que va a escuchar música y no al cachondeo... igual salimos ganando.

-Salta la sorpresa y Chinarro es el único optimista con el que he hablado en dos meses.

-Hombre, es que va a haber gente que pase hambre. Yo tengo amigos en la música que no diré su nombre pero que se que han comido lechuga y arroz mucho tiempo. Esperemos que puedan paliar esas pérdidas.

-¿Ganará el bando bueno?

-No, por supuesto que no. Ganará el malo, como siempre. Esto no es Holywood. Pero bueno, algún día desapareceremos y dejaremos un rastro de plástico. Y una civilización futura se encontrará bolsas de gusanitos.