El drama amoroso de Alicia de Borbón

El drama de la infanta Alicia de Borbón y Borbón-Parma, nacida el 29 de junio de 1876, empezó cuando su padre Carlos VII decidió casarla contra su voluntad con el príncipe Federico de Schönburg-Waldenburg. Pocos hombres tan feos como éste se recordaban en las cancillerías europeas a finales del siglo XIX. Ni por todo el oro del mundo, Alicia habría sido capaz de sentirse seducida por un caballero semejante, que para colmo era profundamente germánico en su carácter y en sus modales, tan distintos de la calidez y ternura latinas de la infanta. El matrimonio fue un completo desastre y, naturalmente, acabó siendo anulado sin paliativos por la Santa Sede. Las desdichas conyugales de Alicia con el príncipe alemán no pasaron inadvertidas a nadie; tampoco a los periodistas de la época.

Una crónica publicada en marzo de 1906 con el título «El escándalo de la princesa Alicia», daba así cuenta del calvario matrimonial de la infanta, además de informar sobre un hecho desconocido de extraordinarias consecuencias: «Para nadie puede ser una novedad la noticia de que la princesa María Alicia Alfonsa Margarita, quinta hija de don Carlos de Borbón, se casó el 27 de abril de 1897, en Venecia, con el príncipe Federico Schönburg-Waldenburg […] No es posible negarlo; el matrimonio del príncipe bávaro y la menor de las hijas de don Carlos fue desdichadísimo, lo cual, dicho sea sin malicia, parece cosa acostumbrada en la Casa del pretendiente al trono de España, pues de sus cuatro hijas ni una sola ha hecho un matrimonio feliz […] El príncipe de Sajonia apoyó diplomáticamente la instancia del divorcio, pero se produjo un suceso extraordinario: la princesa dio a luz un niño, cuya paternidad rechazó su esposo. Llamada ella a declarar en el asunto, resultó que por segunda vez estaba de acuerdo el matrimonio, y con ellos la madrastra de la esposa, la princesa de Rohan. Claro está que tal natalicio echaba por tierra los fundamentos de la demanda de separación que se había presentado como de matrimonio rato, no consumado. Así falló sabiamente Su Santidad Pío X, ajustándose de un modo estricto a la ortodoxia jurídica y canónica… Poco después de la boda, la princesa Alicia se enamoró locamente de un joven teniente, Del Prete, amigo suyo de la niñez…».

¿A qué hijo de la infanta Alicia de Borbón aludía en realidad el cronista? ¿Tal vez al príncipe Carlos, nacido en junio de 1902, cinco años después de su matrimonio con Federico, que llevaba el mismo apellido alemán que éste? ¿Acaso era el príncipe Carlos, como daba a entender el periodista, fruto de los escarceos amorosos de su madre con el apuesto oficial italiano Del Prete? Sea como fuere, Alicia y Lino del Prete no se casaron por la Iglesia hasta el 2 de junio de 1906, una vez anulado el matrimonio de la infanta. La ceremonia se celebró en la capilla patronímica de la residencia del militar Lino del Prete.

Matrimonio civil

Alicia había obtenido el divorcio de su primer matrimonio, decretado por el Tribunal de Dresde el 23 de diciembre de 1903. Pero debieron mediar luego toda clase de requisitos jurídicos y burocráticos para conseguir que el divorcio fuese válido en Italia, donde no había sido reconocido aún entonces. El resultado fue que Alicia y Lino del Prete no pudieron casarse civilmente hasta el 13 de febrero de 1909, en Viareggio, en el corazón de bella región de la Toscana. A la ceremonia asistió, en calidad de testigo, el general Cortese, jefe de la división militar de Brescia, de quien el propio Del Prete había sido ayudante. El subteniente de navío Guido Sansoni y los doctores Carlos Fattori y Raimundo del Prete fueron también testigos del enlace civil. Significaba eso que, al menos dos de sus hijos –la primogénita Margarita, nacida el 11 de diciembre de 1904, así como su hermano Jorge, nacido el 21 de noviembre de 1905– eran ilegítimos, pues habían venido al mundo antes de que sus padres se casasen por la Iglesia. Alicia alumbró en total a diez vástagos: uno de su primer matrimonio, y nueve más del segundo. Tras Margarita y Jorge del Prete, nacieron así María Cristina, María Beatriz, María Luisa, María Francisca, Francisco, Ernestina y María Valentina; ésta última lo hizo el 4 de febrero de 1922, cuando su madre contaba ya cuarenta y cinco años de edad nada menos. La infanta Alicia no solamente dio mucha guerra en su propio seno; también iba a darla en su ya de por sí ajetreada dinastía…